Pregunta para Congreso de los diputados

Me llamo Jaime y padezco la enfermedad de Crohn y colitis. ¿Cuándo va a haber nutricionistas y terapeutas financiados por la Sanidad para ayudar a gestionar los procesos de las personas con enfermedades autoinmunes?

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Jaime González Pregunta de Jaime González

Hola. Me llamo Jaime González, tengo 27 años y padezco la enfermedad de Crohn y colitis.

Hace 5 años me diagnosticaron la enfermedad de Crohn. Siempre había llevado una vida saludable, dieta bastante sana y hacía mucho deporte. De repente, empecé a encontrarme mal y no sabía lo que me estaba ocurriendo, pensaba que podría ser una intolerancia alimentaria. 

Acudí al médico y me dijeron que seguramente fueran dolores producidos por los nervios. Me mandaron una medicación, pero no mejoré. Me realicé una colonoscopia y fue ahí cuando me diagnosticaron el Crohn. 

Ese momento fue muy difícil para mí porque nunca antes había escuchado nada sobre esa enfermedad. Me derivaron al médico especialista y me explicaron que el Crohn era una enfermedad crónica y que no había tratamiento específico. 

Con 22 años, el pensar que vas a tener una enfermedad durante toda tu vida es bastante duro. Yo seguía todas las pautas que me daban los médicos, pero se me desarrollaron efectos secundarios, me hinché, tenía muchos dolores articulares y me sentía mareado. 

El doctor me mandó ‘Imurel’, una medicación muy fuerte que mata a tus propias defensas y puede causar daños hepáticos, riesgo de infección, etc. Aun así, me lo tomé y empecé a sentirme mejor, pero no estaba bien del todo. Ahí fue cuando empecé a investigar por mi cuenta. Comencé a leer artículos científicos y a cambiar mi estilo de vida. Para eso me ayudaba del ayuno intermitente, dejé de comer ciertos alimentos, aprendí a gestionar mis emociones, etc. Por ejemplo, muchos médicos me decían que la leche era fundamental por el calcio, pero no fue hasta que la sustituí por otros alimentos como las espinacas y las almendras, que también tienen calcio, cuando empecé a mejorar. 

Empecé a utilizar dietas naturales y a realizar tratamientos terapéuticos. Yo era muy nervioso y decidí escucharme a mí mismo, darme mis tiempos y aprender a gestionar mis emociones. Mi objetivo era estar bien.

Me fui bajando la dosis por mi cuenta en función de cómo me sentía y, complementariamente, me realizaba unas pruebas que miden la inflamación intestinal para saber si estaba en remisión o no. Así conseguí que la enfermedad tuviera unos niveles muy bajos de inflamación. Actualmente estoy muy bien. Hay días en los que puedo tener brotes, pero ya sé como controlarlos. 

Pienso que cada persona es distinta y puede afectarle de manera diferente, pero tanto la alimentación como los factores ambientales y la gestión de las emociones, son fundamentales para mejorar nuestra flora intestinal y nuestro equilibrio mental. Debemos comer de manera saludable y estar en contacto con el medio ambiente, puesto que nuestra sociedad se ha habituado a estar en zonas urbanas, pero nos hemos olvidado de que en la naturaleza existen unas bacterias que son esenciales para el ser humano. 

A las personas que puedan estar pasando una situación similar a la mía, les diría que tienen que aceptar la enfermedad y trabajar para encontrarse mejor diariamente. La enfermedad la tendrás toda la vida, pero puedes decidir escuchar tu cuerpo y aprender a vivir con ella o no prestarle atención y atender las consecuencias.

Las alternativas naturales deben ser complementarias a la medicación, en un principio. Si luego, los análisis salen favorables y hablando con el médico se llega a la conclusión de bajar poco a poco la medicación, adelante. Esta enfermedad es muy desconocida y todavía hay mucho que descubrir. Los propios médicos no saben de dónde viene y no saben cómo tratarla al 100%. 

Es, por todo lo plasmado y tras mi experiencia con la enfermedad, por lo que lanzo la siguiente petición al Congreso de los Diputados para que haya más visibilidad e inversión respecto al Crohn y a las enfermedades autoinmunes, en general. 

De igual forma, debe de haber buenos nutricionistas y terapeutas en la Sanidad actual para ayudar a gestionar todo el proceso, tanto a nivel alimentario como la gestión de emociones. Estas enfermedades suelen ir a peor por los efectos secundarios o por no llevar una buena alimentación, por lo que necesitamos absolutamente todas las pautas para no tener dolor y mejorar nuestra condición de vida. 

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