Hola Pelayo.

Cuando desde la Consejería de Educación se planifican las enseñanzas de FP, se tienen en cuenta tres factores: las necesidades del mercado laboral; la demanda de formación de la ciudadanía y los recursos humanos y materiales disponibles. Estos tres factores no siempre confluyen y, por ello, lo que procuramos es encontrar el equilibrio entre ellos. Coincidirás conmigo en que, materialmente, es imposible implantar los 91 ciclos formativos que actualmente se imparten en Asturias en todas las comarcas.

Lo que sí podemos hacer, y estamos haciendo, es establecer para la zona rural de Asturias unas ratios más bajas que para el centro de la región (8 estudiantes por grupo). Tenemos ciclos en estas zonas –como Gestión Administrativa, Electromecánica de Vehículos, Fabricación a Medida e Instalación de Carpintería y Mueble, Producción Agroecológica, etcétera— en los que, en el último curso, se han titulado menos de siete estudiantes.

También hemos hecho un esfuerzo durante esta legislatura para potenciar la Formación Profesional a distancia ofertando 500 puestos escolares más. Actualmente, se imparten a distancia 20 ciclos. Y reservamos un 20% de las plazas para las personas que acrediten situación extraordinaria de enfermedad, discapacidad física o cualquier otra situación de carácter excepcional que le impida realizar las enseñanzas en régimen presencial, pudiendo incluirse en este caso la dificultad para desplazarse a un centro que imparta la enseñanza en modalidad presencial.

Además, se está estudiando la viabilidad de disponer de centros integrados de formación profesional en las comarcas oriental y occidental que permitirían, junto a una buena red de transporte, una mayor oferta.

Actualmente en el Occidente asturiano, los centros educativos de Salas, Cangas del Narcea, Luarca, Tineo, Vegadeo, Navia y Tapia de Casariego ofertan 12 ciclos formativos. En el Oriente asturiano, entre los centros de Cangas de Onís, Infiesto, Colunga y Llanes se ofertan 10 ciclos.

En Llanes concretamente hemos intentado implantar en numerosas ocasiones el Grado Medio de Servicio en Restauración –de la familia profesional de Hostelería y Turismo— porque entendíamos que podía resultar de interés dadas las necesidades del mercado laboral en la zona. Sin embargo, nunca logramos llegar a los ocho estudiantes para poder formar un grupo.