Mi nombre es Jeison Triviño, soy un joven indígena perteneciente al pueblo Muisca, ubicado en Suba. El pueblo Muisca tiene el reconocimiento constitucional de los dos cabildos en Bogota: el de Suba y el de Bosa. A través de esta campaña, deseo compartir con los congresistas nuestra situación y propuesta por un territorio sostenible en el que se respete la naturaleza y se permita a los pueblos indígenas habitar su territorio con los mínimos fundamentales: el agua y la tierra, que hacen parte de nuestra ley de origen. 

Nuestra lucha por el territorio viene de muchos años atrás, ya que Suba es un territorio ancestral indígena y los proyectos de desarrollo y urbanización, no han tenido en cuenta nuestra memoria y nuestro territorio, sino que lo han fragmentado y hemos venido perdiendo tierras década tras década. Actualmente, nuestro pueblo en Bogotá, enfrenta problemáticas características de las zonas empobrecidas, como el consumo de estupefacientes y la violencia, entre otras. Así mismo, el tener que buscar oportunidades en la ciudad, afecta los saberes tradiciones de nuestro pueblo. 

Nuestra concepción del territorio, es que este es sagrado y es uno solo. Sin embargo, la urbanización y los gobiernos, dividieron el territorio y sobre lo que antes era para nosotros un cementerio, se construyó el Parque Mirador de los Nevados. Por este lugar, anteriormente pasaba el Río La Toma, que abastecía de agua a todo este territorio. Las administraciones no han tenido en cuenta nuestra forma de ver el territorio y de cuidarlo, han negado nuestra identidad al no tenernos en cuenta como pueblo a la hora de desarrollar sus proyectos.

Los procesos de concertación que deben darse con los pueblos Indígenas, hacen parte del convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, organización que regula este derecho en Colombia desde hace varias décadas. Como Pueblo Muisca, hemos realizado ejercicios como tutelas y consultas previas, vías de hecho para hacer valer este convenio y proteger los espacios sagrados como los humedales y los cerros. Sin embargo, no se nos ha atendido ni se han escuchado las afectaciones directas a nuestro pueblo y a los espacios naturales que genera la urbanización.

Nosotros seguimos realizando actividades como las huertas urbanas, el desarrollo de medicinas naturales y la educación ambiental para nuestras nuevas generaciones. Lo que buscamos, es que se pueda reparar al pueblo Muisca con un territorio en el que contemos con agua y tierra, para salvaguardar la semilla, es decir, nuestros niños, y que puedan crecer sanos y sin las problemáticas que hoy los afectan en la ciudad. Nosotros no estamos en contra del desarrollo, lo que buscamos, es hacerlo sostenible, que se tenga en cuenta nuestra identidad y nuestra memoria, para contribuir con los proyectos locales. 

Por ello, necesitamos que ustedes, legisladores, nos apoyen mediante proyectos que permitan fortalecer nuestros procesos y alejarnos de las diferentes formas en que nuestra comunidad se ve afectada, como la urbanización que no toma en cuenta nuestra presencia en el territorio y nuestra forma de cuidar y hacer sostenible la ciudad, respetando la naturaleza. Gracias los lectores por su interés, necesitamos 350 firmas y así obtener respuesta de nuestros legisladores.