Me llamo Jessica y he superado un cáncer de mama.

Cuando tenía 39 años acudí a una revisión médica en la que me hicieron una exploración del pecho. Uno de los pezones me supuraba, pero el médico que me atendió no consideró que se tratase de nada grave. 

Cuatro meses más tarde me noté un bulto en un pecho y decidí volver a la consulta de mi médico de cabecera. Me solicitó una ecografía y una mamografía, y al poco tiempo me llamaron para realizarme una biopsia. Tras analizar los resultados me diagnosticaron cáncer de mama. 

Aunque el ginecólogo me informó de que mi tumor avanzaba bastante rápido, me dijo que me operarían cinco meses más tarde. Como no quería esperar tanto, insistí en que me la adelantasen y conseguí entrar en quirófano pasado un mes. Durante la intervención, me realizaron una mastectomía parcial y me extrajeron los ganglios linfáticos. A continuación, estuve recibiendo quimioterapia y radioterapia, y ahora estoy siguiendo un tratamiento hormonal.

Aunque llevé bastante bien todo el tratamiento, me gustaría haber recibido ayuda psicológica durante y después del mismo. En mi caso, el peor momento a nivel anímico se dio pasados dos años del diagnóstico. También me gustaría destacar la falta de escucha al paciente que en muchas ocasiones se da por parte de los sanitarios. Nosotros conocemos nuestro cuerpo, y cuando intuimos que algo no va bien, debemos ser atendidos de inmediato.

Por ello, con esta iniciativa pido al Parlamento de Canarias que destine más recursos a la investigación contra el cáncer y a la ayuda psicológica de los pacientes durante el tratamiento, así como una vez superada la enfermedad.

¡A mal tiempo, labios rojos!