La Ley Trans está parada porque hay un grupo político mayoritario (que a día de hoy sustenta al Gobierno) que no está de acuerdo con el borrador
La Ley Trans está parada porque hay un grupo político mayoritario (que a día de hoy sustenta al Gobierno) que no está de acuerdo con el borrador.
No sabría decir por qué, pero la llave la tiene este grupo y es muy fácil: en fase de enmiendas se puede enmendar los puntos en los que no estén de acuerdo. Yo he votado en contra de artículos pero la generalidad de la ley me gusta. Se puede estar en desacuerdo con parte pero entender que es necesaria la ley.
Esto funciona así y está paralizado por intereses políticos. Hay una lucha entre dos partidos que quieren abanderar esto y por eso no avanza. A mí me gusta la idea, pero está parado por intereses políticos.
Partekatu
Hola, me llamo Annia y escribo este texto en osoigo para visibilizar la realidad a la que se enfrenta una chica trans en la sociedad actual. Hace dos años decidí dar el paso y empezar con el proceso para ser lo que realmente era y me sentía, una mujer.
En el entorno familiar hubo de todo, gente que lo aceptó y gente que no. En este sentido, y quería empezar hablando de esto porque para mí el apoyo del entorno es muy importante, me encantaría hacer mención especial a mi abuela, que es la persona que más orgullosa está de mí y que habla de su nieta con todo el orgullo del mundo. Ella a sus 80 años ha demostrado que la edad no está reñida con la mentalidad y la forma de ser.
Cuando me dirigí al médico de cabecera para explicarle lo que quería me encontré con una desinformación brutal, pero también con una falta de formación profesional en el tema. El propio médico no sabía que pasos tenía que dar (yo me había informado y tenía claro que tenía que derivarme al psiquiatra para poder empezar mi proceso). Una vez conseguí la cita con este especialista, me hicieron un “examen” para ver si realmente estaba segura de lo que estaba pidiendo. En ese “test” me hacían preguntas como: “¿Qué te gusta más el rosa o el azul?” o “¿Te gusta cocinar?”...Me pareció un poco surrealista la situación.
Finalmente, a mis 25 años, justo hace casi un año, empecé el proceso de hormonación. Lo describo como algo muy duro, ya no a nivel físico, sino a nivel psicológico. Lo que sí tengo claro es que merece la pena. No obstante, pienso en las personas trans que por motivos de salud o por decisión propia no quieren pasar por esto y tienen que resignarse toda la vida a una identidad que no es realmente la que sienten. ¿Por qué digo esto? Pues porque conforme están hoy los trámites legales, una persona trans no puede empezar el procedimiento para cambiarse DNI y documentos oficiales hasta que no lleva 2 años hormonándose. Esto no es justo y hace todavía más complicado que demos el paso hacia el proceso de transición porque parece que nunca ves el fin burocrático para conseguir tu identidad.
Por último, me voy a referir a los discursos de odio que han entrado en el Congreso y que están cogiendo forma en las calles. Como chica trans tengo miedo de ir por la calle sola y más teniendo en cuenta todo lo que está pasando últimamente. Por no hablar de los momentos tránsfobos que nos toca vivir cada día. Por esto, es totalmente necesario el apoyo del entorno. Yo tengo la suerte de tener amigas y amigos que me apoyan en todo, sin embargo, muchas veces pienso que hace falta una mayor educación (desde la base, desde los colegios) en este tema para que las personas sepan actuar en caso de ver a alguien sufriendo una situación discriminatoria.
Con todo esto, me gustaría que las instituciones dieran una vuelta al proceso legal que hay que superar para conseguir que las personas trans tengamos todas las garantías igual que cualquier otra ciudadana. En muchas ocasiones me siento discriminada porque pertenezco a tres grupos vulnerables: lgtbiq+, mujer, y padezco una discapacidad visual. Hay que cambiar el rumbo de la pasividad frente a situaciones injustas que siempre sufrimos los grupos sociales más vulnerables.
Batu zaitez Osoigora