Pregunta para Parlamento de Andalucía
Los medios de comunicación se han convertido en una herramienta de educación muy poderosa. ¿Cuándo la homofobia, el racismo y el machismo dejarán de ser "opiniones" válidas para los medios, evitando así muchas agresiones a jóvenes?
Me llamo Joaquín Gómez, tengo 20 años, vivo en Córdoba y soy homosexual. Actualmente estudio Magisterio, una carrera que me ha enseñado el valor de la educación en la infancia.
Resulta imprescindible acercar a los más pequeños al mundo real, que sepan que existe la diversidad. Es importante que los padres y madres entiendan que explicar a sus hijos e hijas que es la homosexualidad no les va a hacer ser homosexuales, pero sí que cuando crezcan no sean personas homófobas.
Sin embargo, por mucho que los docentes nos empeñemos en educar a los jóvenes a ser personas, nos encontramos inmersos en una sociedad mediática que nos hace convivir desde bien pequeños con los mensajes que nos transmiten los medios de comunicación.
Bajo mi opinión, todo lo que estamos viviendo últimamente está respaldado por un discurso de odio que un determinado partido político está transmitiendo. El asesinato de Samuel ha sido el pico del iceberg de algo que vivimos día a día, agresiones que no se denuncian, pero están ahí. Hablamos de un retroceso a nivel de derechos y libertades.
Cada cual es libre de votar y pensar lo que quiera, pero es intolerante que se intenten tumbar las leyes que nos defienden. Por ello, se deberían vetar ciertas actitudes y comentarios que pongan en peligro a las personas. Que los mensajes de odio lleguen a quienes ya les apoyan, no es del todo peligroso, pero si lo es si llega a las nuevas generaciones. Si los más pequeños crecen rodeados de este tipo de ideas, estaremos ante un aumento de los casos de acoso y agresiones.
La homofobia, el racismo y el machismo no deberían ser "opiniones" válidas para los medios de comunicación, no llegando a la censura, pero al menos no se debería permitir que los derechos y las libertades de nadie se cuestionen.
Por todo ello, como andaluz y defensor de los derechos del colectivo LGTBI, me dirijo a las y los miembros del Parlamento de Andalucía para transmitirles mi preocupación y para que sean conocedores de aquello que puede favorecer a la sociedad.