El poder quema, pero es posible derrocar a los poderosos.
El poder, si entendemos por él mismo acceder al gobierno (cosa que no es necesariamente así, puesto que el poder real está en otros sitios) quema sin lugar a dudas. Tener la responsabilidad de gobernar supone siempre un desgaste porque las decisiones que se toman afectan directamente a la vida de la gente.
Para las organizaciones de izquierdas como la nuestra, el poder desgasta de manera especial si al acceder al gobierno eres incapaz de mantener la coherencia ideológica, mucho más fácil de mantener en la oposición. El ejemplo más reciente es el que tú mismo mencionas de Grecia.
Por eso para mí, es fundamental mantener la coherencia ideológica allí donde estés, en la calle, en las movilizaciones, y en las instituciones sea en la oposición o en cualquier gobierno. Y desde luego estoy convencido de que se puede derrocar a los poderosos manteniendo esa coherencia. Eso sí, tenemos que ser conscientes de que para ello habrá que confrontar y que esa confrontación no es fácil y sencilla. Ejemplos de esto también existen en nuestra historia, los más recientes en América del Sur.
Partekatu
Es verdad que uno de los mayores problemas de la izquierda es qué hacer cuando se tiene el poder. O mejor dicho, la dirección y los mandos de un Estado. La crisis de la izquierda se ha agudizado durante los últimos años. Basta mirar a Grecia y a Tsipras: al final se han tenido que agachar ante la Troika. ¿Nos quema el Poder? ¿No podemos derrocar democráticamente a los poderosos (empresarios, banqueros etc...)?
Batu zaitez Osoigora