Operación de usurpación y gestora sin legitimidad en el PSOE
Siendo miembro del Comité Federal del PSOE he manifestado mi desacuerdo con la manera en que se ha procedido en el mismo, tanto para promover la dimisión de Pedro Sánchez como Secretario General del Partido, como para nombrar una Comisión gestora que, además, se está excediendo desde el primer momento en lo que han de ser las funciones de una gestora en cualquier nivel de la organización.
La defenestración de Pedro Sánchez, haciendo un uso abusivo de estatutos del partido y de reglamento del comité federal, fue todo un golpe de mano, como ya se ha analizado desde muy diversas perspectivas, para impedir que desde la secretaría genera, antes o después de un congreso, quien esa secretario general siguiera adelante en el intento de procurar una mayoría parlamentaria que hiciera posible un pacto para una alternativa al PP. De ahí el empeño de que el "No a Rajoy" se convirtiera en un "sí a un gobierno alternativo" de carácter transformador, contando con la mayoría que pudiera propiciar un pacto con Podemos y con fuerzas nacionalistas. Y ese pacto es lo que se quiso impedir de raíz, consumando una operación que empezó en el comité federal del PSOE del 28 de diciembre de 2015, después de las elecciones del 20D, cuando se aprobó -con la excepción de 3 votos en contra, entre los cuales estaba el mío- una resolución que de suyo se enfocaba a obstaculizar hasta lo imposible un pacto de esas características.
La Gestora se ha constituido de facto en ejecutiva del partido, una vez desplazada la ejecutuva anterior, de manera que se da una especie de usurpación que deslegitima sus actuaciones y redunda en cuestionar con más fuerza su legitimidad de origen. De ahí que miles de militantes en Agrupaciones socialistas esparcidas por todo el territorio constituyamos plataformas para exigir "Congreso ya", precedido de primarias, para sacar al PSOE de la situación de interinidad en que se halla. Tal descabezamiento repercute en el mayor deterioro de su imagen pública y en la desconfianza de un electorado que ve atónito cómo continúa en el Partido Socialista una política de sumisión a la derecha -bajo la coartada de la estabilidad y la gobernabilidad- y de constantes movimientos que no hacen sino continuar las maniobras conspiratorias que, bajo la batuta de Susana Díaz, secretaria del PSOE-A -así lo percibe la ciudadanía-, tratan de conducir al partido a la llamada posición de centralidad que, en verdad, es subordinación a un orden económico-político-institucional que se renuncia a transformar a fondo.
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Batu zaitez Osoigora