Pregunta para Asamblea de Madrid

Los diagnósticos de TCA han aumentado: ¿Cuándo van a aumentar los recursos destinados a la salud mental? ¡Basta ya de hablar y no actuar!

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José Miguel Budia Pregunta de José Miguel Budia

Hola! Soy José Miguel, psicólogo sanitario especialista en Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA), y formo parte del equipo multidisciplinar del Centro de Psicoterapia Vínculo, en Madrid, especializado en TCA y que lleva trabajando 20 años en la intervención clínica, la docencia y la investigación frente a este tipo de trastornos. Además, tengo una cuenta de Instagram para la divulgación y el apoyo a las personas con TCA, AmigayenemigaTCA, que colabora con la cuenta de la empresa. 

Con la pandemia, el 75% de la población española tuvo tendencia a cambiar nuestra rutina alimentaria por una sensación ilusoria de que al no salir a la calle quemamos menos energía, y con ello, que iba a engordar y a perjudicar a su salud. Esto servía como vía de escape de la situación de angustia e incertidumbre provocada por la cuarentena de la COVID-19. 

Ante esta situación, se han visto un aumento considerable de los casos de TCA, proliferando la tendencia hacia el hacerse más graves. Además, han aumentado los trastornos de ansiedad que se suman, sobre todo, a los TCA los no especificados (aquellas personas que no cumplían con todos los requisitos para serlo). 

El perfil de los pacientes con TCA son mayoritariamente mujeres, siendo 9 de cada 10 casos diagnosticados. En general, suelen ser adolescentes y adultas jóvenes (entre los 14 y 19 años), de clase media alta y tienden a ser personas con mucha tendencia al control, autoexigentes, perfeccionistas y con problemas familiares. 

Ocurre en esta etapa de la vida, entre otras cosas, porque es cuando se sale de los núcleos familiares, se da más importancia a nuestro núcleo de iguales, empezamos con las comparaciones y a recibir información sobre lo “necesario” para ser feliz desde otros puntos de vista; entre lo que suele incluirse tener un físico normativo o tener una alimentación “saludable”. 

Esto último mal entendido y llevado al extremo puede desencadenar en TCA. Asimismo, hay determinados factores biológicos que pueden influir, pero sobre todo están presentes los factores psicológicos (el esquema que yo me hago sobre cómo funciona el mundo) y el factor social, entendido desde la competitividad de los unos con los otros y siendo la persona que fracasa no valorable.

Las instituciones pueden revertir este pico de casos y de gravedad de los mismos y mejorar esta situación. Está muy bien hacer campañas sobre salud mental, pero estamos viendo una contradicción evidente: no sirve de nada hablar de salud mental, de la necesidad de pedir ayuda e ir al psicólogo/a, si no se aumentan los recursos para que todas las personas tengan acceso a ese servicio y así satisfacer la demanda que estás generando más la que ya existía, que no era poca.

Más allá de que tenemos una ratio de psicólogos por cada 100.000 habitantes muy inferior a la media europea, es que no se aumentan las plazas de PIR lo suficiente para generar los suficientes psicólogos en la sanidad pública como para que te puedan atender con la frecuencia que puedas necesitar. Para la primera sesión la periodicidad es de dos meses desde la cita, y para la sesión normal estamos hablando de una sesión al mes. Así no consigues que tu servicio sea eficaz. 

Además, tenemos un problema con el sistema a través del seguro escolar. Porque si no hay plazas para ingresar en una unidad especializada en TCA de la pública a esas personas se les manda a una privada, donde el gasto es de más de 4.000 euros al mes y el seguro escolar sólo cubre el 70%, y con suerte y teniendo que hacer chanchullos. 

¡Hay familias que piden préstamos y rehipotecan casas para poder pagar el tratamiento!

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