Pregunta para Congreso de los diputados
Me llamo Juande y nací con parálisis cerebral. ¿Cuándo va a haber una verdadera inclusión social para las personas que vivimos con diferentes afecciones? ¡Necesitamos que se desarrollen mejores diagnósticos preventivos para evitar patologías futuras!
Hola. Me llamo Juande, tengo 35 años y nací con parálisis cerebral.
Una de mis luchas siempre ha sido acabar con el estigma social que pueda suponer ver a alguien en una silla de ruedas, así como eliminar todas las barreras que supongan un límite para las personas que tengamos movilidad reducida.
Para mí siempre ha sido algo normal porque he nacido así y siempre he tenido que actuar conforme a mi situación. A pesar de eso, sí he notado diferencias desde muy pequeño. Primero, en el colegio, yo tenía una atención continua más presente que el resto de mis compañeros. Cuando pasé al instituto, había de todo. Compañeros que se acercaban a mí para “ayudarme”, gente que hacía comentarios fuera de contexto y luego, otros que me hablaban simplemente porque yo también soy persona y puedo ser amigo.
Nunca ha supuesto un problema para mí el tener esta afección porque, por suerte, mis padres siempre han estado acompañándome en todo los procesos y, sobre todo, he tenido la suerte de estar acompañado casi toda mi vida por mi terapeuta. Ella ha sabido guiarme y hacerme entender las personalidades con las que puedo tratar. Aunque es muy típico, gracias a mi terapeuta soy la persona con los valores tan fuertes que tengo hoy en día.
La parálisis cerebral es una discapacidad física producida por una lesión en el cerebro que afecta a la movilidad y la postura de la persona, limitando su actividad. Esta discapacidad física puede ir acompañada de una discapacidad sensorial o intelectual en mayor o menor grado.
Consiste es un desorden permanente no inmutable de tono postural del movimiento y de la organización y desarrollo de los sistemas sensoriales, debido a una lesión no progresiva en el cerebro, antes de que su desarrollo y crecimiento se hayan completado.
El grado en el que esta discapacidad afecta a cada niño o niña es diferente, y viene determinado por la intensidad y el momento concreto en que se produce la lesión. Así, podemos encontrarnos con personas que conviven con una parálisis cerebral que resulta apenas perceptible, desarrollando una vida totalmente normal, frente a otras que necesitan del apoyo de terceras personas para realizar las tareas más básicas de su vida diaria.
Actualmente estoy estudiando ‘Historia’. Hace unos años decidí que algún día querría ser profesor de Universidad y ahora estoy acabando mis estudios para conseguir mi sueño. Con esto, quiero trasmitir, enfatizando en los niños y niñas, que las personas con parálisis cerebral tenemos los mismos derechos y oportunidades, en todos los aspectos.
Por todo lo plasmado, lanzo la siguiente petición al Congreso de los Diputados para que haya más visibilidad e investigación para la parálisis cerebral.
De igual forma, necesitamos desarrollar diagnósticos preventivos que sirvan para mejorar, en la medida de lo posible, una posible afección cognitiva o física en el futuro de la persona.
Por último, volver a insistir en el mensaje de que todas las personas con parálisis cerebral o alguna otra afección tenemos los mismos derechos y, por eso, debemos perseguir nuestros sueños. ‘El que dirán’ ya no es para nosotros, tenemos que estar pendiente de nuestras motivaciones, lo demás da igual, y el Sistema debe estar en todo momento para impulsarnos y apoyarnos.