Hola, me llamo Juan y hoy vengo a exponerles una gran problemática que vivimos en toda Andalucía. Sin embargo, el foco lo pondré ante el Pantano de la Viñuela en la Axarquía de Málaga. En los últimos tiempos hemos visto como cada verano el nivel de los pantanos bajaba, y cada año con las lluvias se recuperaba un poco menos. El problema es simple; consumimos mucha más agua de la que tenemos. Lo malo es que el mayor consumidor es tan el sector primario de la misma agricultura, sector clave en la economía de la zona. Aunque en menor medida, también es importante el sector turístico y el aumento de población en verano.

El tipo de cultivo en de esta zona ha sido tradicionalmente de secano, como el olivo o el trigo. Con la fluctuación del mercado, las frutas tropicales –Especialmente el aguacate y el mango- subieron su valor y muchos agricultores cambiaron de cultivo. Para hacerlo legalmente sólo tenían que demostrar que tenían acceso a un punto de agua. Aunque finalmente use la red municipal para cubrir las necesidades de riego, mucho más elevadas ahora. 

La zona entera bebe y riega del pantano de la Viñuela, y esta agua les sale virtualmente gratis, a los vecinos y los agricultores que usan millones de litros cúbicos. El pantano recientemente ha rozado el 12% de capacidad. El 10% es el límite para que se declare técnicamente muerto, es decir que el nivel del agua esté por debajo de la bomba y no se pueda extraer. No es el primer pantano muerto en España, y esperamos que se pueda recuperar con las lluvias, pero claramente las previsiones no son buenas. En la zona ha habido cortes de agua como en las duchas de la playa y otros usos no-esenciales. 

Las consecuencias pueden ir desde un aumento de precios de los alimentos, a cortes en la hostelería que es clave en la zona o cortes para los propios vecinos. Hay varias soluciones sobre la mesa, entre ellas confiar en la tecnología de las desalinizadoras o hacer trasvases desde otros pantanos de la región. La primera no tienen en cuenta la demanda energética y la subida de precios en cadena, y la segunda no entiende que si se ha secado un pantano nada impedirá acabar con el segundo si sólo aumentamos las vías de extracción. Estas soluciones son cortoplacistas y con falta de perspectiva.  Necesitamos reducir la demanda de agua, y el 85% del agua lo consume el campo, por tanto, creemos que está claro donde hay que reducir. 

Pedimos a la Consejería de Agricultura, encabezada por la Consejera Carmen Crespo, que limite licencias de cultivo de regadío, y que promueva una gestión activa e involucrada del agua en toda la comunidad. Si en un contexto de crisis climática, tenemos la casa en llamas, y si no cambiamos el modelo nos daremos cuenta que literalmente no tenemos agua con el que apagar el fuego.