Las políticas neokeynesianas se basan en la premisa de que los recursos naturales necesarios para el funcionamiento de la economía son ilimitados, así como la capacidad de carga del sistema. Solo hay que echar un vistazo a nuestra situación actual para comprobar que estas premisas son falsas y que el mito del crecimiento ilimitado se desmonta ante las evidencias.

Por otro lado, deberíamos dejar utilizar el crecimiento económico como un indicador de desarrollo. El PIB no mide aspectos tan importantes para una sociedad como el reparto de la renta, la igualdad entre hombres y mujeres, la conservación del medio ambiente o la calidad de vida de las personas. En necesario desarrollar nuevos indicadores socioeconómicos que incluyan estos aspectos y que remplacen al PIB como referencia. Mientras sigamos considerando que el fin de las políticas económicas es aumentar la producción de bienes y servicios no podremos abordar la crisis social, económica y ecológica a la que nos enfrentamos.

Creo que desde EQUO tenemos que aportar nuestra visión de la política económica, pues es la única que  aborda el aumento del bienestar de las personas y, al mismo tiempo, garantizar un equilibrio entre la actividad humana y el entorno en el que se desarrolla, influyendo con nuestras ideas  en los programas de confluencia.

Sobre estas cuestiones he escrito mucho. Aquí algunas reflexiones:

http://www.juantxo.org/2015/04/el-sistema-economico-contra-el-planeta

http://www.juantxo.org/2015/03/quien-contamine-que-pague-de-una-vez

http://www.juantxo.org/2015/02/una-alternativa-verde-para-un-pais-en-crisis