Me llamo Judith Gómez, vivo en Barcelona y soy dietista especialista en Nutrición Clínica y Deportiva Vegana y Vegetariana. Poder ayudar a las personas a vivir mejor durante más tiempo, saludablemente y cuidando la huella que dejamos en nuestro planeta, hace de mi vida personal, mi profesión.

Cada vez se habla más acerca del “boom” vegano, una tendencia al alza en los últimos años también en edades tempranas. Sin embargo, y a pesar de ser un derecho recogido en la Constitución Española, son muchas las personas que no pueden escoger un menú acorde a sus principios.

Ante esto, resulta imprescindible reclamar las herramientas necesarias para trabajar en ello. Para empezar, se echa en falta la opción de menús basados en plantas en los centros educativos. Durante la infancia se establecen los hábitos alimentarios que posteriormente serán difíciles de cambiar. Es importante que los niños y niñas crezcan junto a una alimentación saludable, suficiente, equilibrada y en sintonía con sus principios.

Puede que aquí tenga que incidir un poco más, ya que son muchas las personas que creen que una alimentación 100% vegetal no es sana. A este respecto, hago un llamamiento a la calma: una alimentación basada en plantas, bien planteada y llevada por un dietista o dietista nutricionista, es segura en cualquier etapa de la vida. No existen incompatibilidades, el único nutriente que no podemos obtener de las plantas es la vitamina B12, el cual hay que suplementar con gotas, pastillas o inyecciones, obligatoriamente. El resto de micro y macronutrientes lo podemos obtener fácilmente de nuestro plato, a través de fuentes vegetales.

Pero esto no es todo, cada vez hay más niños y niñas concienciados con el medioambiente y el respeto animal. No obstante, estamos acostumbrados a que sus familiares pongan barreras. Es en estos casos donde nos encontramos con la frase más peligrosa de nuestro lenguaje: “siempre se ha hecho de esta manera” ¿Y qué? El simple hecho de realizar una tarea durante un periodo de tiempo no significa nada más que eso. No quiere decir que sea la mejor manera de hacerlo, ni que no se pueda modificar. Ante esto solo hay una solución: la educación. Debería implementarse la educación nutricional en las escuelas, haciendo participe a los padres y madres en el proceso.

Por todo lo anteriormente expuesto, me dirijo a las y los miembros del Parlament de Catalunya para que sean conocedores de la situación y hagan algo al respecto.