La gordofobia se sufre en todos los ámbitos de la sociedad, desde la infancia hasta la vida adulta, y su principal problema radica en la educación que nos dan desde pequeños.

Cuando se les dice a los niños y niñas que están gordos por no tener un cuerpo delgado, se les crea un trauma que puede afectar su salud mental y física. Es decir, nos machacan desde los mismos centros educativos, donde se ridiculiza a las personas con cuerpos grandes durante las clases de educación física.

Además, la falta de información provoca que creamos que teniendo más peso, no tenemos un cuerpo sano o que vamos a enfermar si no adelgazamos. Muchos médicos siguen utilizando el índice de masa corporal como único indicador de salud, así como los estereotipos de belleza, a pesar de que no certifica que estemos más o menos sanos. 

Seguimos enfrentándonos a problemas de discriminación constantes en el instituto, la universidad, entrevistas de trabajo e incluso en momentos de ocio siendo objeto de burla y chismorreos por los prejuicios que se tienen y las etiquetas de no ser delgado.

Por ello la importancia de dar a conocer esta petición, para que se eduque desde edades muy tempranas sobre la aceptación y la diversidad. Enseñando que todos los cuerpos son válidos, no todos tienen porque ser iguales y eso es algo que deben comprender.

Ya sea con charlas, formaciones, grupos de trabajo, e historias personales, las medidas deben tomarse para educar desde los centros escolares y prevenir el acoso y la gordofobia. Evitando los problemas de salud que se pueden llegar a alcanzar, causado por bullying o un TCA. Acabemos con esta lacra corporal que discrimina y reprime la sociedad.