Me llamo Khady Kane, tengo 21 años, soy de Senegal, pero vivo en Vigo desde que tenía seis meses. Soy estudiante de Ciencias Políticas y Administración Pública. Mi carácter activista, el gusto por la política y el querer ayudar a las personas, hicieron que me decantase por esta carrera.

De forma paralela, hablo de temas sociales a través de las RRSS. Siempre he querido tener una cuenta en la que expresar mis opiniones e informaciones. Empecé en Instagram, pero ahí solo compartía post de otras personas. En búsqueda de un canal que me diese esa oportunidad llegué a Tik Tok, perfil en el cuento con 13.9K seguidores. 

Un día publique un vídeo sobre el machismo entre personas que comparten mi cultura, sin generalizar, simplemente dando mi visión sobre el tema. A raíz de esa publicación recibí muchos comentarios negativos por parte de hombres y mujeres. Me sentó muy mal y tuve que borrar algún que otro comentario y bloquear gente. 

El ciberacoso es algo a lo que nos enfrentamos día a día las personas que utilizamos este tipo de plataforma y cada vez va a más. Con el tiempo, he podido darme cuenta de que muchas personas creen que tienen el derecho a decir cualquier cosa, que pueden ser homófobos, machistas o racistas, y que eso está bien porque es su opinión y hay que respetarla. Esto debe cambiar.

Personalmente, pienso que la base de esta problemática radica en la educación. De nada sirve que existan filtros o penalizaciones ante comentarios de este tipo si una vez que salgas a la calle también te los vas a encontrar. Sin ir más lejos, mi padre sufrió una agresión física racista cuando llegó a España. 

Por ello, creo que la solución esta en la educación. Las instituciones deberían fomentar medidas y herramientas que favorezca la implementación de una educación en valores en todos los centros educativos. Además, debería existir más mano dura con los discursos de odio que se ofrecen hacia ciertos colectivos.