La primera medida que habría que tomar con el SAD (Servicio de ayuda al domicilio) es aumentar los ratios del servicio y las horas de atención. No es posible que se pretenda dar un servicio con un mínimo de calidad en base a 25 horas semanales. Además, se requiere interés de la administración, esto es, inversión económica en el servicio para poder reducir el copago excesivo existente en la actualidad. Con estas dos medidas se frenaría en seco el proceso de desmantelamiento actual.

En cuanto a las condiciones laborales, desde EHBildu apostamos claramente porque allí donde la administración pública no pueda llegar de forma directa se garantice al menos unas condiciones laborales nunca inferiores al 80% del puesto público de similares características.

Por último, desde EHBildu entendemos que todos los servicios y prestaciones encaminados a promover la autonomía deben basarse en la complementariedad y no en la competencia. Esto es, donde un servicio termina o no llega tiene que empezar el siguiente y no utlizar una prestación como método disuasorio para el usuario. Para ello debe definirse claramente, si por ejemplo el SAD y la PEAP (Prestación económica de asistencia personal) no son, ni pueden ser, servicios que se solapen. Sus objetivos y sus desarrollos son diferentes y se mueven en ámbitos claramente diferenciados, algo que el anterior gobierno del PP no parecía comprender.