Mi pequeño tiene 3 años, es un niño jovial y divertido, pero con una gran frustración cuando le toca acudir a su centro escolar porque se siente incomprendido y no le ayudan a evolucionar. 

Eduard tiene autismo diagnosticado y sus ritmos, su forma de aprender y entender el mundo son diferentes a los de la mayoría. Un conocimiento básico que deberían entender todos los profesionales que se encargan de educar a nuestros niñ@s, y que son ejemplo de igualdad ante la diversidad. Una igualdad e integración de la que se pregona mucho pero que brilla por su ausencia desde el inició el curso escolar, porque no se entiende que el periodo de adaptación que necesita Eduard para estar con sus compañeros es mayor, y no respetarlo, está suponiendo para él un daño psicológico considerable de su salud mental. 

Es por ello que lanzo esta petición, para que el tiempo que pase en su aula específica sea de más horas que las que se consideran debe pasar en el aula ordinaria para su “inclusión”. Eduard es un alumno con necesidades especiales, tiene sus derechos, y uno de ellos es que se le dé el apoyo necesario en recursos materiales y humanos para que pueda compartir espacio con sus iguales, de la manera más respetuosa posible para tod@s. Dentro de un entorno en el que se aprendan valores como valores la solidaridad, el compañerismo y la normalidad de las necesidades especiales en las que se conoce que cada uno es como es con sus diferencias. 

Yo no quiero que mi hijo esté en un rincón, sino que se le dé el apoyo necesario dentro de sus ritmos para su integración, que se sienta acompañado y tenga la mayor de las energías para acudir cada día a la escuela con una gran sonrisa.