Pregunta para Junta General del Principado de Asturias
Soy Laura y sufro hipersensibilidad desde la adolescencia. ¿Hasta cuándo la salud mental va a depender del nivel socioeconómico de cada familia?
Hola, me llamo Laura, tengo 36 años y desde la adolescencia sufro hipersensibilidad emocional, cosa que me ha impedido mantener mis relaciones sociales a lo largo del tiempo y que ha tenido muchas consecuencias para mi salud mental. Yo remonto mi historia a mi infancia. Nací sin la hormona del crecimiento y la medicación que tomaba me hacía coger mucho peso. En el colegio y en el instituto sufrí bullying por este motivo y, ahí, empezaron a aumentar mis inseguridades.
El acoso que sufrí durante mi infancia desembocó en un miedo al rechazo de mi entorno. Por eso empecé a decir que sí a todo, para ser aceptada por los demás. Esto en vez de mejorar las cosas las empeoraba, ya que si alguien me decía a mí que no se me caía el mundo encima. Empecé a tener problemas emocionales y depresiones que cada vez iban a más. Además, tenía que lidiar con la incomprensión de la gente.
Me mudé a Madrid y allí parecía que todo remontaba. Sin embargo, cuando volví a Oviedo todo se me cayó encima, el empezar de cero me daba pánico. Ahí mi hipersensibilidad se notaba muchísimo, porque cuando veía a alguien llorar, yo lloraba; cuando veía a alguien pasarlo mal, lo pasaba fatal. Aun así la gente no lo entendía y me llamaban dramática.
Empecé a ir al psicólogo y al psiquiatra, por la vía privada claro, porque por la seguridad social la salud mental no tiene mucha importancia. Cada vez que iba al médico porque no podía más, hasta el punto de tener pensamientos intrusivos muy graves, este me decía que tenía ansiedad y me mandaba para casa. Gracias a los especialistas privados me diagnosticaron dependencia emocional y una variable del TLP (Trastorno del Límite de la Personalidad) y fue entonces cuando empecé el proceso de medicación que sigo manteniendo a día de hoy.
Hace dos años, llegué al punto de que me daba miedo la gente, por cómo me iban a afectar a mí sus comportamientos. Además, he vivido siempre la poca empatía de mi entorno, porque la mayor parte de la gente que he ido conociendo durante mi vida se ha ido alejando poco a poco al no entender mis comportamientos. Por esto, es muy muy importante dar visibilidad a estas condiciones de la salud mental. Es necesario que la gente sepa que existen para que puedan empatizar y ayudar a la otra persona en vez de darle la espalda.
La salud mental es la gran olvidada de nuestro sistema de sanidad pública, donde todo lo catalogan como ansiedad y el único tratamiento son los antidepresivos. Me da rabia esta situación, porque si no fuera por los tratamientos privados yo no sé qué sería de mí, y existen muchas, pero muchas personas a las que les resulta imposible costearse un especialista en salud mental por la vía privada.