Pregunta para Parlamento de Catalunya
He superado un cáncer de mama luminal B que me detectaron con 37 años. Esta no es una enfermedad que excluya a las personas jóvenes. ¿Por qué no se hacen mamografías rutinarias antes de los 50 años?
Me llamo Laura y vivo en Catalunya. Un día de mayo de 2019, mientras estaba en la ducha, me detecté un bulto debajo de la axila izquierda. De entrada pensé que se podría tratar de un golondrino, ya que ya había tenido anteriormente, pero justo al pensarlo lo descarté; me parecía raro. Coincidió que tenía cita ginecológica concertada en poco tiempo, así que cuando fui, lo comenté. Me palparon y decidieron derivarme a la Seguridad Social para que me practicaran una ecografía mamaria y una mamografía.
Las pruebas se demoraron un poco porque coincidió que la máquina para hacerlas estaba estropeada. Al visitarme, me informaron de que presentaba un ganglio inflamado y me concertaron otra mamografía de urgencia. El 1 de junio, cuando me la hicieron, decidieron, también, biopsiarme. En el pecho derecho se me veía algo sospechoso y en el izquierdo me detectaron microtumores. No consiguieron biopsiarlos, pero el que se ubicaba en la axila sí, así que después de unos días, el 22 de junio, me anunciaron que padecía cáncer de mama luminal B.
Empezó el protocolo para tratar la enfermedad. Me hicieron una gammagrafía ósea para ver si había afectación en los huesos, una resonancia y un TAC. Entonces concretaron que tenía dos ganglios axilares afectados y algo en el pecho derecho. Debido a los resultados de las pruebas, también plantearon que era posible que hubiera hecho metástasis en el abdomen y en el tórax; pero se descartó. El 31 de julio me operaron. Tuvieron que modificar la intervención quirúrgica porque aparecieron aspectos con los que los profesionales no contaban. Me sacaron un tumor y 22 ganglios. La recuperación de la operación fue muy bien, pero a las dos semanas, me detectaron otro tumor que también me tuvieron que sacar. Para hacerlo, tuvieron que practicarme una mastectomía del pecho izquierdo.
El 19 de septiembre empecé con un tratamiento de quimioterapia. Como habían pasado solo tres semanas desde que me operaron por segunda vez, la primera sesión empecé a tener décimas de fiebre. Me ingresaron por neutropenia. Más adelante, empecé a sentir dolor en el pecho operado. Tuvieron que ingresarme de nuevo y me informaron de que mi cuerpo había rechazado la prótesis y tuvieron que quitármela. El tratamiento de quimioterapia lo pasé bastante bien, pero las inyecciones de defensas me dejaban bastante mal. Terminé el 19 de marzo de 2020. Emocionalmente, hasta este punto yo estuve muy bien, pero cuando terminé y tuve que esperar un mes para empezar con el tratamiento de radioterapia, tuve un bajón. Me sentí desamparada de golpe. Recibí 25 sesiones y en mayo terminé. Desde entonces estoy recibiendo un tratamiento hormonal que durará 10 años.
Ahora mismo me hacen revisiones y resonancias de control cada seis meses, ya que a raíz de mi caso, me hicieron una prueba genética y concluyeron que presentaba el gen mutado. También estoy en lista de espera para que me hagan la reconstrucción. Lanzo esta campaña porque considero que es muy importante que se visibilice el hecho de que el cáncer de mama no es una enfermedad que solo afecte a personas mayores. Hay mucha gente joven que la padece y en general, se les detecta en estadios avanzados debido a la falta de acceso a pruebas diagnósticas.
En este sentido, me dirijo a los políticos del Parlament de Catalunya, ya que son quienes me representan, para que me respondan a la pregunta: ¿Por qué no se hacen mamografías rutinarias antes de los 50 años? También quiero poner sobre la mesa el contexto actual. No puede ser que haya demoras significativas de visitas o que se desprogramen cirugías debido a la afección de la Covid-19. Falta que des de las instituciones se destinen más recursos económicos y humanos para que esto no suceda.