Hola, soy Laura, y soy madre una niña dulce y cariñosa llamada como yo, de tan sólo dos añitos.

Tuve un embarazo prematuro después de varios meses muy complicados en el hospital. En un principio, todo indicaba que iba a tener una niñita más, y que tendría gemelas, pero a las 14 semanas las cosas se fueron complicando un poco y perdí a una de ellas.

Fueron semanas muy difíciles. 10 semanas después fue cuando tuve el parto, con tan sólo seis meses, pero los médicos consiguieron frenar el parto prematuro. A raíz de todo ello, estuve ingresada cerca de dos semanas.

Esa sería la primera de las cuatro veces que me puse en parto. A las seis y ocho semanas más tarde (es decir, en la semana 30 y 32) tuvieron que volver a detener el parto prematuro para que el embarazo continuara. Durante ese tiempo, estuve en reposo absoluto.

Hasta que en la semana 33, tuve a mi preciosa niña Laura. En principio estaba estimado en que pesara dos kilos, pero nació con un kilo 700 gramos de peso. Durante un momento, los médicos pensaron que mi hija no podía respirar... pero todo salió bien, y la tuvieron un mes en neonatos.

Notaba algo extraño en Laura, y es que sacaba mucho la lengua. Era algo muy raro. Los médicos me comentaron que, aunque todas las pruebas fueran correctas, podría tener células falciformes (rasgo). 

Durante los primeros seis meses, le hicieron bastantes pruebas para comprobar su estado, por si tenía algún problema, pero no fue hasta que cumplió el año cuando me informaron de que todo estaba correctamente, medio año después.

A pesar de que todo fuera bien, y que mi hija esté sana, me da la sensación de que se debería informar más sobre todo lo que pueda suceder, y a poder ser, saber antes si puede tener algo o no. Por ello, lanzo esta campaña dirigida al Parlamento de Andalucia.

En referencia a lo último que he comentado, me gustaría que se ofrecieran más recursos para que haya un mayor seguimiento en los embarazos prematuros y evitar de esta manera enfermedad a nuestros hijos.

¡Gracias a todos!