Me drogaron en un festival y acabé actuando contra mi voluntad, ¿qué medidas de protección se nos ofrecen frente a los abusos por sumisión química?
Mi nombre es Laura, tengo 26 años y hace un tiempo me drogaron en un festival. Lo peor es que este no es un caso aislado, en los últimos meses no hemos parado de escuchar cientos de testimonios de chicas que habían pasado por lo mismo. La mayoría de las veces las víctimas de sumisión química también sufren abusos y violaciones, pero son pocas las que después se atreven a contarlo por miedo a ser cuestionadas, ¿qué medidas de protección de nos ofrecen frente a los abusos por sumisión química?
Hace unos años mis amigas y yo fuimos a pasar unos días en el al Arenal Sound, un festival que se celebra en la playa El Arenal dentro de la localidad de Burriana (Castellón), durante la primera semana de agosto. Los últimos días de festival ellas se pusieron enfermas y decidieron quedarse en la zona de acampada así que yo me fui sola a los conciertos. Soy una persona a la que le encanta la música en directo por lo que realmente no me importaba verlos sola.
Cuando llegué me puse en primera fila y allí conocí a un grupo de chicos muy majos que se quedaron conmigo y me invitaron a unas cervezas. Estaba tan cómoda que acepté.
Al terminar el concierto volví al camping donde estaban mis amigas y estuvimos bebiendo algo y charlando. Algunos chicos que teníamos en la parcela de al lado también vinieron un rato a nuestra parcela. Uno de ellos había estado muy pesado conmigo desde que empezó el festival. Cada noche había intentado algo diferente para que durmiéramos juntos, aunque a mí no me interesaba en absoluto.
Cada vez se hacía más tarde y la gente empezaba a irse a dormir, pero yo no podía parar de hacer cosas. Estuve despierta hasta las siete de la mañana sin parar ni para comer algo. Aunque soy de las que se acuestan pronto, ese día no tenía sueño y no entendía por qué. Estaba algo aturdida y muy excitada. No sé cómo pasó, pero acabé acostándome con nuestro “vecino de tienda”, al que algunas noches antes había rechazado.
Al día siguiente cuando me levanté me sentí desorientada, no sabía que hacía en la tienda con esta persona y me dolía mucho la cabeza. En ese momento lo dejé pasar, pero tiempo después pensé que quizás esta persona podía haberme drogado para aprovecharse de mí. Lo cierto es que sus amigos eran un grupo bastante problemático que consumían cada noche. Uno de ellos incluso agredió sexualmente a mi amiga la noche en la que ella no se encontraba bien.
No supimos como afrontarlo ni como reaccionar. Nadie nos había dado nunca información sobre cómo actuar en caso de ser víctima de abusos por sumisión química. Además, no estaba segura de qué había sucedido y tenía miedo de que los demás pudieran cuestionarme.
Esto tiene que acabar, necesitamos un ocio nocturno seguro para todas las mujeres. Por eso desde aquí lanzo esta petición para que ninguna más vuelva a pasar nunca por una situación parecida. Basta ya de minimizar los casos, basta ya de culpabilizar a las víctimas. No queremos “tener cuidado” cuando salimos de fiesta, queremos sentirnos protegidas.