Pregunta para Congreso de los diputados
Con 14 años empecé a tener trastornos alimentarios, en ese momento eché en falta un referente que me ayudase a superarlo. ¿Por qué no se fomentan las charlas testimoniales en los centros escolares para concienciar a los jóvenes de los peligros de los TCA?
Me llamo Leire, tengo 28 años, soy ilustradora gráfica y yo también quise ser como ana (anorexia) y mía (bulimia). Ahora, desde mi experiencia ayudo a visibilizar los trastornos de conducta alimentaria (TCA). Lo hago mediante mi proyecto, una novela gráfica en la que unos monstruos representan la enfermedad.
Los TCA no solo giran en torno a la comida, hay un trasfondo detrás, situaciones de tu vida que de alguna forma u otra tienen que salir. En mi caso, el detonante fue una mudanza. Cambié de vida y sentía que todo estaba descontrolado a mi alrededor, el único refugio ante esto fue la comida. Eso sí lo podía controlar y, ahí, empezó el problema.
Crees que lo controlas, que solo eliminas algún alimento y que cuando tú quieras puedes parar. Pero no. La situación empeora, sin darte cuenta se te va de las manos y ya no hay marcha atrás.
El primer paso es aceptarlo, hacer un punto de inflexión. Lo que viene después de la aceptación es trabajo, mucho trabajo. Años de terapia, psicólogos y psiquiatras. Hasta que, por fin, estas recuperada. Pero llegar ahí no es fácil, durante el proceso tienes que dejar atrás muchos proyectos y vivencias que la enfermedad no te permite realizar.
Lamentablemente, los TCA afectan a más de 400.000 personas en nuestro país, la mayoría jóvenes, y no se le da la importancia que merece a la hora de prevenirla. Es importante concienciar a los jóvenes de este problema, pero también a las familias, profesores o persona que pueden estar a su lado.
Yo también estuve en ese oscuro infierno y, aunque conseguí salir de él, durante el proceso de recuperación eché en falta la figura de un referente que me ayudase a superarlo. Que alguien que ya ha pasado por esto te diga que se puede salir, te da esperanza. Yo fui a ciegas y eso lo complicó todo.
Como superviviente de dos TCA y en nombre de todas las personas que han luchado, luchan y lucharán frente a esta enfermedad mental, me dirijo a los miembros del Congreso de los Diputados para que conozcan la realidad de la situación y blinden medidas de prevención, educación y concienciación.
Hasta ese momento, yo seguiré visibilizando estos problemas con mi novela gráfica y su divulgación en redes sociales. Acercar a las personas la realidad de la situación es mi principal objetivo, sin olvidar la necesidad de acabar con el estigma que rodea a este tipo de trastornos.