La situación de este modelo de negocio, hay que analizarla, desde el cambio de los hábitos de consumo cultural por parte de la ciudadanía, motivados en una parte importante por las posibilidades de acceso a la cultura mediante las nuevas tecnologías. Esto afecta a los creadores, a los distribuidores y a los propios consumidores de bienes y servicios culturales.

Las políticas públicas deben de atender por tanto la cuestión desde una visión conjunta de la problemática planteada. Es por ello que se están implementando tanto acciones de fomento como regulación normativa. Estas actuaciones se realizan por distintas administraciones públicas y en distintos ámbitos, que van desde ayudas directas y acciones de fomento (bonos cultura, subvenciones a Durangoko azoka, a creadores, kulturklik, etc.) a diversos convenios de colaboración público privada.

Son también muy importantes las acciones dirigidas a concienciar a la ciudadanía de la necesidad de un consumo responsable de los bienes y servicios culturales mediante las nuevas tecnologías, y a su vez posibilitar el mismo evitando dañar precisamente a los distintos agentes culturales a los que nos estamos refiriendo.

En este sentido es de destacar el acuerdo entre Gobierno Vasco y editores de Euskadi para implantar el préstamo on line de libros digitales. Creemos que de este modo se avanza hacia un modelo de consumo cultural, que tiene como objetivo poner en el debido valor a todos los agentes culturales concernidos, incluidas las tiendas por las que se nos interpela.