Me llamo Lidia y vivo en Valencia. Hacía tiempo que me visitaba con el ginecólogo cada seis meses porque presentaba nódulos en los pechos y me los controlaban. Combinaba la sanidad pública con el servicio privado. En julio me hicieron una ecografía y me detectaron un bultito nuevo en el pecho izquierdo. Informé a los médicos que yo tenía antecedentes de cáncer de mama en la familia y decidieron practicarme una biopsia. Me la establecieron para septiembre. Cuando fui, el tamaño del nódulo había disminuido y pensé que esto era buena señal, pero a veces me dolía; notaba pinchazos.

Resultó ser que el nódulo había cambiado de forma en dos meses. El mismo día ya me pidieron cita para la semana siguiente y fue entonces cuando decidieron hacerme una mastectomía por la ubicación donde se encontraba el tumor y por su tamaño; medía 6 centímetros. Entonces me vieron, también, un bulto de aproximadamente 2 centímetros en la clavícula y otro en el ganglio centinela. El del ganglio era negativo pero el de la clavícula era un principio de metástasis, así que me lo quitaron todo. En noviembre empecé con un tratamiento de 8 ciclos de quimioterapia y acabé en abril de este año.

En estos momentos estoy a la espera de que me llamen del servicio privado para seguir tratando mi caso y para hacerme un estudio genético que avaluará 17 genes. Los profesionales consideran que no debe de ser casualidad que yo sea la cuarta mujer de la familia que padece esta enfermedad. Mis familiares se detectaron sus cánceres de manera casual, ya que eran mayores de 70 años cuando los padecieron y ya no se les ofrecía la posibilidad de hacerse mamografías rutinarias a esta edad. Es precisamente por esto por lo que me dirijo a los políticos de las Cortes Valencianas, ya que son quienes me representan, para preguntarles, concretamente: ¿Por qué se dejan de hacer mamografías rutinarias a los 70 años?

También me gustaría plantearles que es muy importante que se reprendan las visitas presenciales después de que te practiquen la intervención quirúrgica. Mediante visitas telefónicas no se puede garantizar un buen seguimiento del paciente. Hay que incidir en el hecho de que muere mucha más gente de cáncer que de Covid-19.