Un año más, nuestras Navidades y de las de nuestras familias peligran.

Las trabajadoras de la limpieza de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria denunciamos que por segundo año consecutivo, nuestra paga de Navidad no llega a tiempo. En 2017, esta paga llegó con un retraso de un mes, lo que para muchas de nosotras significó no poder hacer frente a los gastos de las fiestas. Hubo compañeras que no pudieron siquiera celebrar el Día de Reyes con sus hijos, mientras que nuestros jefes salían cargados de bolsas de las tiendas.

La empresa para la que trabajamos, Ralons Servicios, una subcontrata de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, se excusa diciendo que “intentará” pagarnos y se escuda en que los pagos de la Universidad no llegan a tiempo, una afirmación que es mentira.

Nosotras, 200 trabajadoras, que mantenemos a nuestras 200 familias, no “intentamos” trabajar, ni vivimos a base de intentos, si no de nuestro sueldo.

Además, muchas de nosotras aún no hemos cobrado la paga extra de julio. Lo triste es que los impagos de estas pagas extra no son hechos aislados, sino que muchos meses sufrimos retraso de días e incluso de semanas en el pago de nuestros salarios.

Ni el banco ni las facturas esperan. El descubierto existe y los cortes de teléfono, de agua que sufrimos… también.

Nuestro sueldo es suficientemente pequeño como para poder permitirnos no cobrarlo.