Pregunta para Cortes Valencianas
Padecí un cáncer de mama. Los efectos secundarios de los tratamientos son severos, pero el grado de discapacidad que se proporciona suele estar infravalorado. La investigación es crucial y, además, ¿por qué no se revisa lo mencionado?
Me llamo Loli y vivo en Valencia. En octubre de 2019 me percaté de que tenía un bultito en el pezón. Tenía 34 años. De entrada, dejé pasar un tiempo porque pensé que a lo mejor no se trataría de una afección grave. Aun así, al ver que no desaparecía, decidí acudir al médico. Ya estábamos en 2020 y era época de pandemia. Cuando pedí cita, los médicos me indicaron que me llamarían para dármela, pero debido a la saturación que vivía la sanidad pública por aquel entonces, pasaban las semanas y no me llamaban.
Después de unos meses, finalmente me llamaron para darme cita. Antes de acudir, por teléfono siguieron diciendo que probablemente no se trataría de nada preocupante, que con un pinchazo bastaría para que me sacaran líquido y el bulto desaparecería. Cuando fui, al verme decidieron que tenían que someterme a una biopsia. Después de aproximadamente 15 días, me informaron de que padecía un cáncer de mama Her2 positivo y empecé el tratamiento con quimioterapia. Después me intervinieron quirúrgicamente y en estos momentos sigo un tratamiento hormonal a base de pastillas que tendré que tomar por cinco años. También estoy a la espera de que me reconstruyan el pecho y me hacen revisiones rutinarias de control cada seis meses.
El tratamiento hormonal en cuestión genera unos efectos secundarios sobre el cuerpo tanto física como anímicamente que son severos. En cambio, el seguimiento que se proporciona desde la Seguridad Social durante este tiempo de enfermedad es, en algunas ocasiones, escaso. El tratamiento consiste en una inducción de la menopausia, aunque por suerte yo no dejé de menstruar, y esto acarrea la mayoría de síntomas de la misma. Aun así, tenemos que hacer frente a la vida cotidiana como si estuviéramos normal. En este sentido, durante el período de tiempo que menciono, creo que sería interesante contar con la atención de todos los especialistas que pudieran dar respuesta a la sintomatología que padecemos de una manera fácil y ágil. El cuerpo nos cambia radicalmente, por dentro y por fuera.
También en relación con lo mencionado, muchas personas se encuentran en que se les proporciona solo el 20% de discapacidad y no se les puede reubicar en sus trabajos teniendo en cuenta los síntomas que padecen, ya que para hacerlo se necesita un 33%. Esto conlleva que seamos un lastre para las empresas, y esto nos perjudica. Necesitamos más atención y acompañamiento laboral.
También considero que a nivel institucional se debería de revisar la inversión que se destina a la investigación tanto del cáncer como de los tratamientos hormonales a los que hay que someterse más tarde. Finalmente, quiero reivindicar que se hagan las revisiones pertinentes de acuerdo con los síntomas, aunque tengas menos de 40 años. Una vez empiezas a hormonar, aunque no haya una probabilidad muy grande de padecer según qué enfermedades, puede pasar que las contraigas y siempre es mejor actuar en pro de la prevención.
Es por todo lo presentado que me dirijo a los políticos de las Corts Valencianes, ya que son quienes me representan: “Los efectos secundarios de los tratamientos son severos, pero el grado de discapacidad que se proporciona suele estar infravalorado. La investigación es crucial y, además, ¿por qué no se revisa lo mencionado?”