Pregunta para Asamblea Regional de Murcia
Soy Lorena y mi infancia hubiera sido muy distinta con un diagnóstico a tiempo y las terapias oportunas. ¿Cuándo se dará prioridad a la salud mental de los niños y niñas?
Hola, me llamo Lorena y tengo Trastorno Límite de Personalidad. Toda mi infancia fue un calvario porque no entendía qué me pasaba. No lo entendía yo, ni tampoco mi entorno. Pero estaba claro que algo no iba bien. Al final, empecé a ir a terapia en tercero de la eso, no obstante, tuvo que ser por la vía privada porque el servicio de psicología del sistema público de salud es, cuanto menos, insuficiente.
Cuando iba a primaria ya notaba que mi salud mental se veía afectada por la ansiedad e incluso por cuadros de depresión. Todo lo que sucedía a mi alrededor me afectaba demasiado y mi comportamiento variaba mucho en función de cómo me sintiera en ese momento. Mis padres al principio pensaban que era una forma de llamar la atención, pero al ver que era algo continuado en el tiempo, decidieron llevarme al médico.
Al ser pequeña, los médicos no contaban con la posibilidad de que se tratara de un problema de salud mental, y siempre le decían a mis padres que era muy nerviosa y que necesitaba ir a actividades extraescolares, socializar, etc. Como nada se solucionaba, y con el paso del tiempo iba empeorando mi estado de ánimo y mi comportamiento, decidieron llevarme al psicólogo. Me pareció bien porque yo sabía que lo que me pasaba no era “normal”.
Tras un año de terapia, mi psicóloga me diagnosticó TLP y PAS (Persona Altamente Sensible) y desde entonces he enfocado la terapia de la manera adecuada y he ido muchísimo mejor. Aunque todavía tengo cuadros de ansiedad fuertes de vez en cuando, puedo decir que están controlados y que, tengo herramientas para poder gestionar mis emociones ante acontecimientos que me resultan dolorosos.
Si desde el colegio me hubieran tratado estas enfermedades de salud mental, mi infancia hubiera sido de otra manera. En primer lugar, me hubiera sentido comprendida, cosa que me hacía muchísima falta y, en segundo lugar, hubiera podido entender qué me pasaba y por qué era diferente a mis compañeros. Por último, hubiera empezado a desarrollar las herramientas oportunas para gestionar mis crisis y no hubiera sido un proceso tan lento.
Por estos motivos, considero que hay que mirar con lupa la salud mental durante la infancia y empezar a invertir más recursos en los servicios de psicología infantil. No todas las familias se pueden permitir un psicólogo privado durante años.