Pregunta para Senado

Muchas mujeres hemos sufrido a lo largo de nuestra adolescencia la presión social en temas relacionados con nuestra sexualidad y nuestros sentimientos. ¿Por qué siempre a cierta edad se cuestiona si has mantenido o no relaciones sexuales?

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Lucía A. Pregunta de Lucía A.

Hola, soy Lucía y como muchas otras mujeres, sufrí la presión social por practicar sexo durante la adolescencia. Esto es algo muy común en los círculos cercanos y está completamente normalizado. A día de hoy, se ve raro que una chica no haya mantenido relaciones sexuales antes de los 20. Escribo este texto contando mi experiencia con este tema, que, seguramente, sea también la historia de otras muchas mujeres. 

Se acaba la niñez y llega la adolescencia. Aquellos niños/as que ni por asomo habían pensado en "echarse novio/a" comienzan a mostrar intereses por otros. Empiezas a ver cómo en clase surgen parejitas y comienzan las muestras de cariño, los besos e incluso las relaciones sexuales.

Yo siempre fui la típica niña rarita de pocos amigos, la “patito feo” en la que nadie se fijaba. Las inseguridades comenzaron a florecer, ¿Por qué no puedo ser como esas chicas? ¿Por qué la gente solo se hace la amable conmigo cuando tiene algún interés?

Por aquel entonces, llevaba una carpeta forrada de fotos mías en la playa, cuando un día un grupo de chicos se acercó a mirarme el archivador. Había una foto en la que salía en bikini y uno de ellos me tapó la cara con la mano y me dijo: "así mucho mejor", "menudas tetas…pero la cara no ayuda". No olvidaré este momento nunca, de hecho, provocó que estuviera cada vez más llena de inseguridades.

Empecé a sentir que la única forma que tenía de encajar era buscarme un novio. Pero claro, ¿Quién querría estar conmigo? Los comentarios siempre eran los mismos "¡¡¿Nunca te has liado con nadie?!!" "¿No tienes novio, no?" y un sinfín de preguntas similares que a mí me hacían daño porque me sentía juzgada y presionada constantemente.

Tenía mucha presión por empezar a hacer todas esas cosas que el resto llevaba años haciendo, y siendo adolescente llegué a sentir que se me pasaba el arroz para hacer según qué cosas. Me sentía fea, culpable y antisocial por no conseguir que nadie se fijara en mi.

Y con esta historia, que es la mía, quiero exponer que las niñas y las adolescentes, estamos continuamente presionadas por seguir unos cánones que nos marca la sociedad, sobre todo, en temas relacionados con la sexualidad. Yo escribo esto para reivindicar que esto se acabe y que los únicos cánones que deberíamos seguir son los nuestros. Considero que cada cosa viene en su momento y ese momento es completamente diferente para cada persona.

Así que a todas las adolescentes que lleguen a este texto y se sientan juzgadas y presionadas por la norma social que gira en torno a cómo vivimos nuestra sexualidad y nuestros sentimientos hacia otras personas, les doy un consejo:  intentad vivir sin darle importancia a lo que otros digan. Suena a cliché, pero ojalá me hubiera aplicado yo este consejo y hubiera entendido que mi vida es mía y mis acciones también.

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