Mi nombre es Mar, soy de Castelldefels y soy madre de Joan, un niño de 10 años con autismo. 

A los 6 meses de nacer, los médicos empezaron a ver que mi hijo no se desarrollaba como debía. A los 3 años nos informaron que padecía Autismo. 

A partir de ese momento, recibimos ayuda por parte de un centro Público de salud Infanto-Juvenil, pero solamente se trataba de una terapia mensual, y no disponían de médicos especialistas en Autismo. 

Sin más remedio, tuvimos que buscar alternativas para cubrir las necesidades de Joan. A día de hoy hace 7 horas de terapia a la semana que le han ayudado en gran medida en su desarrollo. También como familia hemos tenido que formarnos, para atender sus necesidades y ayudarlo en su educación. 

Joan empezó a asistir a una Escuela ordinaria inclusiva, donde han educado a todos los niños sobre el Autismo. Está muy bien integrado en clase y tiene una relación fantástica con sus compañeros. 

Sin embargo, dentro de poco irá a la ESO, y sabemos que la situación va a cambiar. La escuela inclusiva es una idea maravillosa sobre el papel, pero no hay suficientes recursos para garantizar una correcta educación para los niños con necesidades educativas especiales como él.

Los profesores de educación secundaria no tienen la formación necesaria para tratar con estos niños, y tampoco pueden prestarle la atención que necesitan estando en una aula con 30 niños más. Si no se invierten los recursos necesarios en formar al profesorado o en incluir especialistas que los ayuden, los niños con necesidades educativas especiales no pueden recibir la educación que necesitan. 

Ante esta situación, decidimos inscribir a Joan a una Escuela Pública de Educación Especial, el centro que tenemos más próximo y donde asisten niños de cuatro poblaciones distintas. Pero nos comentaron que no había plaza para él, así que ahora mismo vivimos en una constante incertidumbre sobre cómo va a ser la futura educación de mi hijo. 

Considero el Govern de la Generalitat no está destinando los suficientes recursos para garantizar la educación adecuada a los niños con necesidades educativas especiales.

Creo que, por una parte, deberían destinar más recursos a la Escuela Inclusiva, para que pueda brindar la educación que los niños como Joan necesitan. Mientras tanto, por otra parte es esencial que haya las suficientes escuelas de Educación Especial en Catalunya, para garantizar la escolarización de todos los niños con necesidades educativas especiales.

Dicho esto, me dirijo a los políticos del Parlament de Catalunya para que destinen más recursos  para que los niños con necesidades educativas especiales como Joan reciban una educación de calidad, y así mejorar también su calidad de vida.