Mi nombre es María y soy madre de dos mellizos prematuros extremos; Julieta y Luis, ambos con discapacidad visual. Julieta, además, convive con parálisis cerebral. La parálisis cerebral es un grupo de trastornos que causan problemas del movimiento,  el equilibrio y la postura. Afecta la corteza motora del cerebro que es la parte de este órgano que dirige el movimiento de los músculos. 

Por tanto, y debido a las características de la enfermedad, Julieta necesita los cuidados de un fisioterapeuta e ir a rehabilitación de manera constante. A pesar de ser de vital importancia para su salud y desarrollo, la única ayuda que se nos ofrece (en el acceso a sesiones de fisioterapia) por parte del Centro de Atención Primaria Infantil de la Junta de Andalucía es una sesión de 40 minutos a la semana. Evidentemente, esto no es para nada suficiente. Debido a ello, tenemos que recurrir a centros privados para poder proporcionarle a Julieta las sesiones que necesita. Esto nos supone un gasto de unos 800 euros al mes. Una cantidad de dinero desorbitada que además se suma a los distintos gastos que debemos destinar a las necesidades especiales de nuestros hijos y los cuidados correspondientes.

Con la vuelta al cole y el inicio de esta etapa para muchos niños, como es el caso de Julieta y Luis, se ofrecen distintas becas para acceder a logopedas, educadores especiales, psicólogos… no obstante, algo tan vital para muchos niños especialmente en etapas de crecimiento como lo es la fisioterapia y rehabilitación sigue sin estar contemplado dentro del sistema de educación especial y educativo en general. 

Con esta petición quiero concienciar de la importancia que supone tener esto en cuenta, no sólo porque desahoga a las familias económicamente y porque mejoraría la salud de mi hija, sino porque además, facilitaría, tanto a Julieta como al resto de niños y niñas que lo necesiten, el acceso y la adaptación al cole y a los programas educativos. 

Poner fisios en los colegios públicos supondría un paso más allá en la educación inclusiva. Mi hija tiene derecho a poder crecer con la mayor salud posible y a acceder, disfrutar y participar en el colegio de la misma manera que los demás.

Con todo lo aquí plasmado, quiero dirigirme a los representantes del Parlamento de Andalucía para pedirles que nos escuchen, piensen en esta posibilidad y tomen cartas en el asunto. 

Pido desde aquí la máxima difusión y apoyo a esta campaña. ¡Gracias a todos y a todas!