Pregunta para Congreso de la República de Colombia
Soy María Gutiérrez; he pasado por tres cirugías cardíacas. ¿Cuándo se exigirá celeridad a las EPS para que autoricen exámenes a quienes los necesitan para someterse a cirugías urgentes?
Hola, soy María Manuela Gutiérrez Vásquez, tengo 72 años, y soy de Aracataca, Magdalena. Laboré durante cerca de 30 años en el desaparecido INCORA, donde cada año los trabajadores debíamos pasar por exámenes médicos. Allí siempre que me hacían un electrocardiograma, me decían que había un resultado anormal, que tenía una afección, pero me aseguraban que no se iba a agravar. No obstante, siempre tuve continuidad con los electrocardiogramas y citas con cardiólogos, sin resultados alarmantes. Sin embargo, debido a la hipertensión que tengo, mis órganos y arterias empezaron a afectarse.
Después de jubilarme, tuve que ir a una consulta con una cardióloga previa a un proceso odontológico por el que debía pasar, en 2017. La doctora vio que el resultado del ecocardiograma transesofágico que me había ordenado indicaba una afección en la válvula aórtica y me pidió repetirlo para confirmar el diagnóstico. Entonces me dijo que debía someterme a una cirugía cardíaca, a pesar de que antes esa afección no se me había manifestado: no había tenido desmayos ni infartos.
Para poder hacerme la cirugía, tenía que cumplir con una serie de exámenes previos que la EPS debía autorizarme. Fue entonces cuando comenzaron todas las dificultades, porque me decían que me iban a llamar cuando fuera posible hacerlos, pero nunca me llamaban. Además, algunos trabajadores de la EPS me hacían desplantes cuando les pedía algún medicamento al que tuviera derecho. Yo estoy viva de milagro, porque no había citas con cardiólogos, y cuando las había, las hacían por teléfono. Duré cerca de un año para conseguir todos los exámenes requeridos para la operación, y cuando los presenté, me dijeron que había que repetirlos porque había pasado mucho tiempo desde su expedición.
Por la demora de los exámenes no me pudieron internar en la Fundación Cardioinfantil. Pero yo ya empecé a encontrarme mal: por las noches no podía dormir y en ocasiones se me dificultaba respirar, porque la válvula aórtica, que es la que mantiene el flujo de sangre por el corazón, estaba tapada. Por eso, al final, decidieron internarme, porque la cirugía que debían practicarme era urgente. Tuve que interponer una acción de tutela para que la EPS me autorizara la arteriografía coronaria, un examen muy costoso que necesitaba para la operación.
Y fue en octubre de 2018 cuando me practicaron la operación que necesitaba: me hicieron el reemplazo de las válvulas aórtica y mitral, y una plastia en la válvula tricúspide. En enero de 2021, a través de un ecocardiograma, los médicos descubrieron que había un coágulo en la válvula aórtica, por lo que tuvieron que hacer un recambio. A finales de ese mismo mes me detectaron anemia y sufrí un derrame pleural, ocasionado por un exceso de anticoagulación. Estuve hospitalizada cinco días, pero de todas esas operaciones salí de la mejor manera.
Sin embargo, en todo este proceso pude ver que la demora que suele haber en las EPS para que autoricen exámenes puede ser mortal. Yo tuve algo de fortuna, porque mi condición de salud, aunque frágil, me permitió soportar el año de trámites antes de la cirugía urgente que necesitaba, y porque recibí muy buena atención en la Fundación Cardioinfantil. Pero es muy probable que mi caso sea una excepción y que, contrario a lo que sucedió conmigo, haya mucha gente que pierde la oportunidad de seguir con su vida por la lentitud de los servicios de salud.
Por eso lanzo esta campaña: para pedir al Congreso de la República que legisle y exija a las EPS celeridad en la realización de los exámenes que necesitan las personas cuya condición de salud es delicada y que dependen de ellos para someterse a cirugías urgentes. Necesitamos la ayuda de todos: si esta petición llega a las 350 firmas, obtendré una respuesta de los congresistas en la página de Osoigo. Vamos todos a poner nuestro granito de arena; apoyar no toma más de un minuto. Y después de hacerlo, difundamos este testimonio con todos nuestros amigos, familiares y contactos de WhatsApp y redes sociales. Que corra la voz para lograr un cambio que mejore el sistema de salud en Colombia. ¡Muchas gracias!