Me llamo María José y tengo un carcinoma in situ escamoso de cuello uterino.

En junio del año 2009 acudí al ginecólogo para realizarme una citología. Este quiso derivarme a la matrona para que me hiciese la prueba pero, ante mi negativa, procedió a realizármela él.

Al poco tiempo, me llamaron para informarme de que los resultados mostraban que tenía células precancerosas y me dieron cita para practicarme una biopsia.  Días después, me confirmaron que tenía un carcinoma in situ escamoso de cuello uterino. El 25 de septiembre de ese mismo año me hicieron una conización del cuello uterino y, durante los siguientes siete años estuve en revisión.

Ahora me han dado el alta y en teoría las citologías rutinarias debe hacérmelas la matrona. En cambio, en mi centro de salud no hay este tipo de especialista y me han dado un kit para que me realice la citología en casa. Teniendo en cuenta mi historial y mi edad (58) considero fundamental estar controlada por un ginecólogo y, en ningún caso, tener que realizarme yo la citología, ya que no tengo los conocimientos necesarios.

Por ello, me dirjo a las Cortes de Aragón, con el objetivo de que destinen más recursos a la investigación del cáncer ginecológico y a las pruebas y medios necesarios para su diagnóstico precoz.