Hola, 

Soy Mar, tengo 48 años y desde hace unos meses batallo contra una leucemia mielomonocítica aguda M4, pues tengo una mutación en un gen. Soy de Madrid, aunque llevaba dos años viviendo en Las Palmas de Gran Canaria. Cuando recibí el diagnóstico decidí regresar aquí, a mi ciudad, para estar con mi familia y tratarme en Madrid. 

Hace poco más de un año empecé a convivir con síntomas que no eran habituales: malestar, cansancio… Me hicieron varias pruebas pero no daban con lo que era. Así hasta que acudí a Urgencias una vez más, y tras una nueva analítica, me emplazaron a otra prueba: una punción de médula ósea. ¿Sabéis lo primero que pensé? “Me van a pinchar la columna…”, aterrorizada. Y qué ignorancia la mía, que no sabía por aquel entonces que la médula ósea es el tejido que se encuentra dentro de nuestros huesos. Desgraciadamente, como yo, hay miles y miles de personas que no conocen la realidad de este proceso. Y me pregunto, ¿por qué? ¿Por qué si existe tanto desconocimiento acerca de en qué consiste la donación de médula ósea no se hace nada para paliarlo? Hablamos de vidas humanas, hablamos en favor del bienestar general. 

Tras conocer mi diagnóstico, llegué a Madrid. Ingresé un lunes y el miércoles ya estaba recibiendo la quimio. Llevo tres ciclos de quimioterapia. Dos ciclos hasta que la enfermedad entró en remisión, un tercer ciclo que denominan de consolidación, y actualmente estoy recibiendo la quimio preparatoria para el trasplante. 

Afortunadamente, yo podré recibir un trasplante de médula ósea de mi hermano, quien es 100% compatible conmigo. Él seguirá el proceso de preparación para el trasplante: se pondrá inyecciones durante cinco días para hacer la donación por aféresis el sexto día. Por lo que, si todo trascurre según lo previsto, me someteré al trasplante el próximo 15 de junio. 

Pero, desgraciadamente no todos los pacientes corren la misma suerte, y necesitan de un donante anónimo compatible. Por eso mi principal propósito es concienciar a la ciudadanía de lo importante que es donar médula ósea.

Y no me gustaría despedirme sin elevar a otra escala esta petición. Desde aquí quiero dirigirme también a nuestros representantes políticos en el Congreso de los Diputados, para que pongan en marcha labores de información y concienciación sobre la donación de médula; y para que el presupuesto destinado a la investigación sea tomado en serio. Cada leucemia es un mundo, y si no se investiga como es debido… ¿Cómo pretender salvarnos?