Soy la madre de un niño de tan sólo 10 años que se suicidó este septiembre pasado tras descubrir que volvían a abusar de él y que volvía a tener a una maestra que le maltrató de forma continuada en el tiempo causándole una ansiedad y depresión que desembocó en un hecho totalmente traumático para nosotros. Creo necesario un plan Nacional contra la violencia en las escuelas que requiere de agentes externos al centro, psicólogos y auditores de los casos de maltrato o acoso. Además creo que todos los maestros deberían pasar un examen psicológico,. La violencia existen en las aulas como reflejo de la sociedad. Yo eduqué a mi hijo con amor y paciencia. Algunos maestros de niños muy pequeños olvidan que cada uno tiene sus particularidades; algunos no responden bien a los gritos , vejaciones ..porque no los viven en sus casas. Cada persona educada como cree pero llevé a mi hijo a un colegio Católico para que además le enseñaran los valores Cristianos.

Tres veces me pidió no ir al colegio ese día. No quería sufrir más. El colegio (Director, Psicologa y docentes) eran conocedores de toda la problemática y no hicieron nada. Pedí varias veces que no tuviera a esa maestra, o en su defecto que me lo dijeran con tiempo para poder cambiarle,al final algunos de sus compañeros imitaron a su figura de referencia. Esta mujer no está preparada para dar clase a niños tan pequeños. ¿Que instrumentos existen para verificar la idoneidad de una persona? Porqué desde el colegio no se intentó mejorar su socialización que empezó a ser nula al comienzo de las clases con esa señora? Porque siendo todos conocedores de los gritos y pérdida de control en clase no se realizó algún tipo de intervención con ella? Somos Católicos y nos consuela el saber que quien le conoció sintió que el era un ángel, un ser excepcional con una capacidad de oratoria inigualable, no entiendo que sobredotación si obtenga ayuda y altas capacidades no. Ambos son niños extremadamente sensibles con una fdisincronia entre sí cuerpo de niño y su mente de adolescente. Y nosotros hemos perdido a nuestro mayor tesoro, nuestra herencia, mi único hijo. El mundo probablemente ha perdido una mente maravillosa, bondadoso y amoroso aunque conocedor del dolor. Simplemente no quería ir al colegio para no sufrir más. 

Atentamente.

Familia Gil Vicente