Hola soy María y soy monitora de Educación Sexual. En este ámbito en los colegios hay poca información, diferente y muy dispersa que proviene de muchas fuentes. No hay un control real porque puede venir desde charlas puntuales hasta de profesores que, en base a un folleto, hablan de ello a sus alumnos pero que pocos conocimientos tienen al respecto.

Parece que cualquiera puede dar una charla sobre educación sexual. Al igual que un profesor de matemáticas no da clase de inglés, no tiene sentido que el profesor de otra materia hable de estos temas. La información que tienen es básica y nunca suficiente para los alumnos. Desde la sexología se plantea cómo debería ser la educación sexual desde la infancia y durante todo el ciclo educativo. Lo más apropiado es la elaboración de un programa que tenga una continuidad en el tiempo, que siempre esté presente y dado por personas formadas para ello. 

Es cierto que a día de hoy en las escuelas hay más charlas sobre educación sexual que las que había cuando yo estudié y tienen más variedad, pero siguen siendo puntuales y con eso no es suficiente. A todo se le llama educación sexual cuando es un campo muy amplio y con cosas muy diferentes. Hay una mezcla de conceptos que no permite tener claridad a los alumnos. Cuando hablamos de sexo podemos estar hablando de cosas muy distintas como las prácticas, la salud y la higiene, la violencia… Hay una gran cantidad de conceptos que no están ordenados. 

Hay que dar importancia a las preocupaciones que tienen los alumnos a cada edad. Desde muy pequeños todos tenemos una identidad y nos relacionamos con otras personas de nuestro entorno. Es ahí donde aparece la sexualidad en nuestra vida y es fundamental conocerla para poder evitar muchos problemas que pueden venir después. Los seres humanos sufrimos mucho con temas que se podrían solventar previamente con una buena educación sexual que ponga en valor la diversidad de la que todas las personas formamos parte.

Tenemos una idea de ser mujer y de ser hombre, de cómo nos relacionamos entre nosotros, que no es real y que, a la gente, al no sentirse identificada con ello, le genera mucho sufrimiento. Por ello quiero dirigirme a los miembros del Parlamento Vasco. No tienen que haber charlas ni píldoras de vez en cuando acerca de la educación sexual. Es fundamental que en los colegios haya una asignatura o un programa continuo y diferenciado sobre la sexualidad explicado por gente formada y capacitada para ello.