Mi nombre es María, tengo 23 años y soy de Sevilla. Empecé mi formación como bailarina a los 16 años y ahora me estoy formando como modelo. En un futuro me gustaría dedicarme al mundo artístico.

Yo siempre he sido una niña gorda y el #bodypositive de ahora no es el que había hace 15 años. Con 16 años me sentí muy presionada y sufrí bulimia. A nivel emocional mis relaciones se vieron resentidas. Sales cabizbaja a la calle, no hablas a personas por miedo a que piensen que estás gorda, evitas muchas cosas por no aceptarte y quererte tal y como eres.

En el mundo del baile el peso importa mucho. Cuando me quedé más delgada comencé a bailar K-pop, un género musical de Corea del Sur y luego me apunté a una academia para formarme en diferentes estilos en los que, como en el caso del twerk, parece solo se pueden bailar si estás “buena”. 

Por ejemplo, hace unos años grabé un videoclip y tiempo después me enteré de que, al llegar, lo primero que dijeron los cantantes y el productor fue “¿qué hace esta gorda aquí?” y ni siquiera me habían visto bailar. Gracias a uno de mis profesores tuve la oportunidad de participar en el proyecto y al verme bailar me aceptaron. Pero me sigue molestando que tenga que demostrar lo que valgo y defenderme cuando hay chicas que no lo tienen que hacer solo por el hecho de ser delgadas.

Hay cánones de belleza imposibles para muchas personas. Simplemente te dicen lo que es bonito y, eso es lo que hay que ser. El movimiento curvy me ha ayudado mucho porque me ha hecho ver que otras personas también con barriga, celulitis y estrías, muestran su cuerpo. 

Todavía se tiene la imagen de que la gorda es la graciosa, el bufón, y nunca se ve como la que puede atraer y ser sexy. Este movimiento nos da la oportunidad de hacer ver que la gorda puede ser elegante y puede gustar. Me ha ayudado mucho a tener más confianza y actitud, la clave para hacer que la gente y tu misma te veas de otra forma.

He tenido experiencias en las que personas adultas me han insultado llamándome gorda de manera muy gratuita. Creo que la gordofobia viene de la infancia porque las personas adultas que tienen ese asco y rechazo a los gordos en algún momento han sido niños a los que han educado. Por eso pienso que es muy importante que desde el colegio eduquen emocionalmente a los hombres y mujeres del mañana. 

El tema del sobrepeso se habla mucho pero no se llega a profundizar en lo importante. En el colegio siempre te venden el clásico de la buena alimentación y dieta saludable. Todo eso se asocia a la persona delgada pero no te dicen “mira esta chica no es delgada pero sí está saludable”.

Se debería hacer más hincapié en la educación emocional sobre la tipología de los cuerpos, porque puede ser que una niña gordita no pueda adelgazar porque su metabolismo o constitución no se lo permite. Pero tienes metido en la cabeza que si estás saludable es porque estás delgada, pero no se revisan los análisis y se detienen en mirar que la niña gorda esté sana. 

Por ello, esta campaña de firmas va dirigida a abrir debate con políticos del Parlamento de Andalucía para pedir que haya una asignatura desde Infantil, como matemáticas o lengua que eduque emocionalmente a las personas que hacen bullying y a las personas que lo sufren desde la infancia. Es necesario enseñar a controlar qué decimos para evitar los prejuicios y estigmatizar a las personas por el mero hecho de tener unos kilos de más.