Pregunta para Congreso de la República del Perú
El asesinato de mi hija sigue impune ¿cuándo van poner celeridad en resolver su caso y ayudarnos a encontrar justicia?
Mi nombre es Mariela Briones. Soy madre de Mariella Baca Briones, una jovencita de 32 años que vio su vida cortada por un hombre violento y sin escrúpulos.
Mariella era una mujer maravillosa, con un corazón muy grande. Además de solidaria; ella no juzgaba a nadie y siempre tenía las puertas de su casa abiertas para todos sus amigos. Así como era, conoció a un hombre que supuestamente la cambió la vida, ya que no había visto antes a mi hija tan enamorada, tan ilusionada.
En un primer momento, yo le creí porque cuando estaba bien era un hombre bueno, detallista y atento incluso conmigo. Pero todo esto cambiaba cuando tomaba. Parecía que le salía otra persona de adentro y se convertía en un animal; celoso, posesivo y que mi hija tenía que soportar frente a todos sus amigos y amigas. Yo le decía a mi hija que hombres así no merecen tener a su lado a una mujer con intenciones buenas. Su intención era pues cambiarlo, pero con las actitudes que tenía él, nunca lo iba a lograr.
El 1 de enero de este año, mi hija fue a celebrar el año nuevo a la casa de playa de este tipo. Él estuvo tomando y la amenazó con un revolver. Era un ataque de celos. Menos mal un amigo tuvo la habilidad de quitarle el arma. Cuando mi hija pudo volver a casa, le pedí que lo dejara, que era violento. Mariella me escuchó y terminó la relación, pero el tipo seguía ahí, insistiéndole. Incluso llegó a romperle el celular.
Para el 30 de enero, fuimos a un paseo en la playa con mi esposo, mi hijo y unos amigos, cerca a la casa de playa del enamorado de mi hija. Ella me pidió que me quedara esa noche con ellos, pero yo no tenía confianza con él. Era un hombre que no me simpatizaba. La noche de ese mismo día, mi hija llama a su hermano, mi otro hijo, pidiendo auxilio. Le dijo que su enamorado la estaba persiguiendo a ella y a un amigo y que también estaba haciendo disparos al aire. Cuando yo quise llamar a mi hija, ya no me contestaba. Estaba desesperada. Un amigo de ella, que finalmente se volvió un testigo en el caso, me contestó y nos contó lo que había pasado: otra vez el novio de mi hija los había amenazado con un arma, ellos salieron despavoridos de la casa y no sabían que le había ocurrido a mi hija.
Mi esposo se levantó y con mi otro hijo fueron a buscarla. En el camino se encontraron con un patrullero y pudieron ir con ellos hasta el lugar donde había pasado todo. Cuando ya estuvieron cerca, pudieron ver la camioneta de su enamorado yéndose en otra dirección. Finalmente encontraron el auto en el que iba mi hija. Ellos dicen que se había accidentado, pero yo estoy segura que fue su enamorado quién impacto el auto. La persona que venía manejando en el auto con mi hija también asegura esta versión, indicando que este tipo los impactó en la parte trasera, haciéndolo perder el control del vehículo.
Desde un primer momento, no tuvimos apoyo del Ministerio Público. La Fiscalía no quisieron capturar en ese momento al principal sospechoso, este tipo que en sus ataques de celos amenazaba con un arma a mi hija. Si podía hacer eso, ¿por qué no era posible que también haya provocado el accidente en el que mi Mariella perdió la vida? ¿Por qué si estuvo tan cerca del accidente de mi hija, no se detuvo para auxiliarla y pasó de largo al ver el patrullero acercarse?
Nunca nos hicieron caso y siempre nos cerraron las puertas. Este tipo recién fue llamado a testificar luego de 3 días. No se presentó a las pericias psicológicas ni al examen toxicológico. Además, él ha visitado a los testigos claves de esta investigación, los cuales han cambiado sus versiones de lo que ocurrió esa noche luego de estas visitas. Yo me quedaría tranquila si a mi hija se la hubiera llevado Dios, pero no fue así. Una persona inescrupulosa, celosa y con odio en su corazón le arrebató la vida a mi hija, y no voy a parar hasta encontrar la justicia que ella se merece.
Por eso, hoy sigo presionando a las autoridades para que me den el apoyo que necesito. El caso de mi hija solo es uno de los miles que aún no encuentran el destino que se merecen. ¿Qué están haciendo las autoridades para que los feminicidios no queden impunes?
Hoy, necesito de tu ayuda, porque si consigo 300 firmas en el portal de Osoigo Perú, las autoridades tendrán que poner atención a mi caso y de una vez por todas ponerse a trabajar para acabar con la violencia y las injusticias en contra de las mujeres peruanas. Solo necesito que des click en “Apoyar” y me ayudes a difundir esta campaña con tus contactos en WhatsApp y todas tus redes sociales. No voy a descansar hasta que el crimen de mi hija sea resuelto.