Es el primer punto de la línea E para un urbanismo centrado en los barrios: Revisar en profundidad del Plan de Movilidad Urbana Sostenible. Es necesaria esta revisión a corto plazo, y también un replanteamiento del modelo de ciudad a medio plazo: es necesario recuperar un modelo de ciudad compacta, para lo que se requiere una política municipal de vivienda que fomente la rehabilitación y el retorno de población del área metropolitana a los barrios y al centro; la dotación descentralizada y suficiente de servicios en los barrios,y el fomento del comercio local, para recuperar una ciudad ‘al alcance del pie’. Desde ahí, la dotación de un sistema de transporte público sostenible será asequible y viable.

En relación a la LAC, el mayor problema que ha generado, aparte de los de movilidad, que podrán subsanarse con esa revisión profunda, es económico: las decisiones sobre la LAC, nuevamente, no se han tomado respondiendo a criterios de eficacia, economía y satisfacción óptima y racional de las necesidades de movilidad, sino a intereses particulares, generando un importante problema presupuestario. En este sentido, también deberá abordarse, para empezar, la auditoría de la concesión del servicio de transportes, para adaptar sus condiciones a la situación económica de un Ayuntamiento con más de 300 millones de deuda. En estas circunstancias es al menos cuestionable que a la empresa concesionaria se le reconozca un beneficio mínimo anual de 2 millones de euros.