Pregunta para Asamblea de Madrid
Sergio murió debido a la afectación de los tratamientos para curar un cáncer de hígado. ¿Por qué no se destinan más recursos a los hospitales para garantizar que los médicos puedan destinar el tiempo necesario tanto a pacientes como a familiares?
Me llamo Marta y vivo en Madrid. En septiembre de este mismo año, mi hermano pequeño murió debido a la afección de los tratamientos para curar un melanoma. En 2019, un día, mi hermano acudió a una visita rutinaria con el oftalmólogo. El médico que lo atendió le detecto una mancha en el ojo, pero no le dio demasiada importancia; consideró que se podía tratar de un lunar o de una marca de nacimiento. Igualmente, consideró que se tendría que hacer seguimiento.
No fue hasta después de casi un año que llamaron a Sergio para que acudiera a visitarse de nuevo. Le diagnosticaron un melanoma que ya se encontraba en estado avanzado. Le intervinieron quirúrgicamente y se lo pudieron quitar todo. Parecía que todo iba bien, pero durante una revisión de control durante los meses posteriores, los médicos le encontraron una metástasis en el hígado que era muy virulenta.
Sergio empezó a recibir un tratamiento de inmunoterapia, ya que los médicos consideraron que no había más opción y descartaron otras tipologías de tratamientos como el trasplante de médula ósea, la quimioterapia y la radioterapia. Los dos primeros ciclos de inmunoterapia le funcionaron, pero el tercero conllevó problemas. Después de estar un tiempo ingresado y una vez recuperado, le informaron de que las muestras del tumor que se habían mandado anteriormente a Estados Unidos para analizar habían dado buenos resultados y que podría acceder a un ensayo clínico con buen pronóstico.
El día que empezó con el tratamiento en cuestión empezó, también, a encontrarse mal. Después de cuatro o cinco días de empezar le hicieron una analítica y nos informaron de que padecía un fallo hepático. Después de tres días ingresó en el hospital y una vez allí le dijeron, y a los familiares también, que moriría; que le harían una última sesión de quimioterapia para ver si se revertía la situación, pero que de entrada no había solución. Sergio quiso volver a casa y murió allí después de una semana.
Durante todo el proceso de enfermedad de mi hermano nos hemos sentido solos. No se nos ofreció ningún tipo de soporte psicológico; solo cuando ya había fallecido tuvimos una sesión de psicólogo. Además, el anuncio sobre la esperanza de vida de Sergio nos lo dieron sin ningún protocolo y sin ningún tacto; de hecho, la persona que me dio la noticia a mí concretó que lo hacía en el pasillo y rápidamente porque tenía “muchos más pacientes que atender”. La última semana, mi hermano la quiso pasar en casa, y durante este tiempo, nadie del hospital contactó con nosotros. Hemos percibido una deshumanización tremenda en lo que se refiere al contacto entre profesionales sanitarios y pacientes y familiares.
Es por este motivo que me dirijo a los políticos de la Asamblea de Madrid, ya que son quienes me representan, para que me respondan a la pregunta concreta: ¿Por qué no se destinan más recursos humanos y económicos a los hospitales para garantizar que los médicos puedan destinar el tiempo necesario tanto a pacientes como a familiares?
Además de lo planteado, durante todo este tiempo nos hemos percatado de que hay carencias a mejorar en los hospitales madrileños como, por ejemplo, la falta de información sobre las enfermedades y los tratamientos y la incidencia y la apuesta sobre la detección temprana del cáncer.