Pregunta para Parlamento de Catalunya
Padecí un cáncer de mama triple negativo. ¿Por qué no se mejora la inversión destinada a la investigación de la enfermedad además de garantizar un acompañamiento informativo personalizado en el que se tome en consideración la opinión del paciente?
Me llamo Merche y vivo en Catalunya. Entre diciembre de 2018 y enero de 2019 empecé a padecer episodios de mareos y vómitos. Por aquel entonces, mi padre estaba enfermo y necesitaba cuidados específicos, así que de entrada los profesionales sanitarios que me visitaron achacaban mis síntomas al estrés. Después de un tiempo, empecé a perder peso. Acudía al hospital más a menudo y aunque yo tenía la sensación de que me ocurría algo, los médicos consideraban que no padecía ningún problema grave.
Mi padre falleció en febrero de 2019. Yo, a finales de este mismo mes, tenía programada la primera mamografía rutinaria que cubre la Seguridad Social en Catalunya establecida a partir de los 50 años. Finalmente, me la hicieron a principios de marzo y una vez hecha la prueba, me llamaron para informarme que tenía que repetirla, ya que el resultado no era determinante y me derivaron a Barcelona. Allí, me hicieron de nuevo una mamografía y además me practicaron una ecografía mamaria. A los dos días, me llamaron y me indicaron que tenía un carcinoma in situ que requeriría de una intervención quirúrgica y de un tratamiento de radioterapia.
En mayo de 2019 me operaron. Fue una intervención poco agresiva. Me hicieron una incisión mediante arpón, me quitaron conductos mamarios, pudieron conservar el pezón, etc. Después de unos días, me volvieron a llamar porque consideraron que necesitaba otra operación, ya que habían detectado un cáncer de mama triple negativo en los márgenes de arriba. Entonces me hicieron un vaciado de mama con reconstrucción con colgajo del músculo dorsal ancho. Después, contra pronóstico inicial, empecé con un tratamiento de quimioterapia y finalmente me hicieron radioterapia.
Mi trabajo es físico y la reconstrucción que me practicaron me perjudica. Debido al uso del músculo dorsal para la reconstrucción, he perdido movilidad del brazo en cuestión. Cuando me indicaron que tenían que volver a operarme, yo tuve que asumir el segundo diagnóstico que se planteaba mucho peor que el inicial. En este momento, teniendo en cuenta el contexto planteado, no supe reaccionar a tiempo, pero tampoco me ofrecieron la opción de valorar si quería someterme a una reconstrucción o si no. Si lo pudiera elegir ahora, no me reconstruiría. Además, también en relación con los efectos de la intervención quirúrgica, considero importante de destacar que hace aproximadamente dos años que solicité el servicio de rehabilitación que aún no se me ha concedido. Teniendo en cuenta lo planteado, además de para poner en relieve la importancia de apostar a favor de la investigación del cáncer de mama triple negativo, me dirijo a los políticos del Parlament de Catalunya, ya que son quienes me representan, para que me respondan a la pregunta: ¿Por qué no se mejora la inversión destinada a la investigación de la enfermedad además de garantizar un acompañamiento informativo personalizado en el que se tome en consideración la opinión del paciente oncológico?
También me gustaría incidir en la importancia que hay de reforzar el acompañamiento psicológico que se da a pacientes oncológicos. Yo terminé la radioterapia el 1 de abril de 2020 y mi madre murió el día 9 de mayo, en plena pandemia. No me pude despedir de ella de manera presencial. Después de esto, llamé para pedir ayuda psicológica, pero no me la dieron. Lo volví a solicitar después de un tiempo y también se me denegó. Si no presentas un escenario con algunos indicadores concretos alterados no te atienden y esto es injusto; el cáncer es una enfermedad muy difícil de conllevar desde el momento en el que te empiezan a hacer las pruebas diagnósticas, así que considero que las instituciones deberían de tenerlo en cuenta y garantizar que en los hospitales se proporciona el apoyo psicológico necesario a los pacientes oncológicos.