(…) Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista.
Cuando vinieron a por los judíos,
no pronuncié palabra,
porque yo no era judío.
Cuando finalmente vinieron a por mí,
no había nadie más que pudiera protestar

Todos recordamos el uso que hicieron los nazis de los judíos como “chivos expiatorios”, convirtiéndolos en el enemigo. El hecho de que aparezcan pegatinas nazis no hace más que recordarnos a toda la sociedad que el colectivo al que están dirigidos es precisamente ése, al que se pretende convertir en el chivo expiatorio de la situación actual.

¿Alguien puede creer que la crisis financiera no es responsabilidad de los bancos? Y sobre la destrucción de empleo, ¿no están detrás las decisiones adoptados por el Gobierno del PP, y anteriormente del PSOE?

Acaba de ser noticia el concejal del PP de Durango, localidad bombardeada hace 38 años por los alemanes, “disfrazado” de nazi. ¡Qué casualidad!

La campaña iniciada por Maroto, en Gasteiz, para convertir a los sectores más desfavorecidos de la ciudad, en “chivos expiatorios” le hace responsable de este tipo de hechos. Y que lo haga de forma desesperada para aferrarse a una poltrona, indica que a medida que las encuestas vayan dando resultados, la campaña pueda recrudecerse. Veremos.

Pero Gasteiz no tiene nada que ver con la Alemania nazi. Gasteiz es un espacio de convivencia y lo que necesita es que los gobiernos locales nos comprometamos a promover políticas públicas que garanticen el pleno ejercicio de los derechos. El derecho a tener un lugar donde vivir, un lugar para vivir. Espacios urbanos solidarios, que acogen a sus ciudadanas y sus ciudadanos, que permiten el goce y el disfrute.

Necesitamos la implementación de políticas públicas con enfoque de derechos humanos y género, que permite introducir y transversalizar los principios y estándares de derechos humanos en todas las acciones de gobierno, logrando así que la actividad municipal refleje el compromiso de promover el desarrollo integral de las personas, sobre todo de aquellas que se encuentran en situaciones de discriminación o exclusión.

Por eso, y antes todas estas acciones de pegatinas nazis, recogidas de firmas, nosotros tenemos una responsabilidad, la que recogía Martin Niemöller en el poema del principio.

Tenemos que protestar, pronunciar nuestra opinión, no guardar silencio.

Nombremos a los culpables de la crisis económica, desde el PP hasta los bancos que desahucian, y defendamos al desfavorecido.