Pregunta para Asamblea de Madrid
¿Qué medidas están tomando para fomentar la educación emocional en los centros escolares, incluyendo valores como la diversidad corporal y el respeto hacia los demás y hacia una misma?
Me llamo Mónica, soy de Madrid y soy psicóloga especialista en desarrollo personal, trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y deporte, aunque actualmente mi labor está más centrada en los TCA. De hecho, yo misma soy superviviente de uno, concretamente de anorexia.
Tanto por la experiencia que viví en primera persona como por la experiencia que estoy teniendo ahora como profesional, cada vez tengo más claro que la clave es cambiar la mentalidad que tenemos sobre nuestros cuerpos, cuanto antes mejor. Por eso, la prevención en la infancia, pero sobre todo en la adolescencia, es imprescindible. Actualmente estoy trabajando para abordarlo desde los centros escolares y divulgar desde mi cuenta de Instagram.
Tendemos mucho a juzgar nuestros cuerpos y los de los demás, sin saber todo lo que hay detrás ni el daño que pueden hacer nuestros comentarios. Si una niña crece viendo que hay ciertas formas que no encajan con el canon de belleza establecido, puede que llegue a la adolescencia e incluso a la adultez con muchos complejos, y esto puede llevar a problemas como TCA, pero también otros como depresión, ansiedad, adicciones, abusos, etc.
Además, hay personas con complejos que tienden a protegerse atacando a otras personas, lo que por supuesto también puede hacer mucho daño. Al fin y al cabo, lo que hay que hacer es enseñar a respetarse y quererse a uno mismo para así aprender a respetar a los demás.
Por esto, quiero dirigirme a los miembros de la Asamblea de Madrid, ya que soy de Madrid y son mis representantes en dicha cámara, para que desde los colegios se priorice una educación emocional en la que se trabaje el respeto a la diversidad corporal, la autoestima y el crecimiento personal.
Como exgimnasta rítmica, también soy muy consciente de todos los problemas de autoestima que pueden desarrollar las deportistas en relación con sus cuerpos. Por eso esta educación emocional debería ir más allá de las aulas y llegar a los centros deportivos, concienciando sobre nuestros cuerpos desde una perspectiva más funcional y menos estética.