Pregunta para Parlamento de Andalucía

Sufrir acoso de pequeña te cambia la vida. ¿Cuándo vamos a empezar a tomar las medidas adecuadas para parar el bullying?

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Montse Romero Pregunta de Montse Romero

Me llamo Montse Romero, soy socorrista acuático, resido en Sevilla y esta es mi historia. No sé exactamente cuando empezó todo; cuando tenía un año me detectaron una enfermedad que hacía que tenía los uréteres más anchos de lo normal y eso me provocaba muchas infecciones debido a que la orina me bajaba de los riñones a la vejiga y de ésta, al tenerlos tan anchos volvía a mis riñones y me los abrasaba. Tenia infecciones, fiebres constantes, tenía que beber mucha agua… A raíz de esto, mis padres me llevaron al médico y me pusieron en tratamiento, el hospital era mi segunda casa; estaba días ingresada, tomaba mucha medicación como corticoides, lo cual me hizo hincharme mucho y coger varios kilos. Fue entonces cuando empecé a sufrir muchos comentarios de otros niños, también rechazo por parte de los adultos, además, mi carácter tan independiente, no ayudaba mucho. Si la “líder” de la clase dice algo y no lo haces, te dejan de lado, y cuando encima esa niña es hija de la tutora de la clase, tienes otro problema añadido. Su madre me quitó del medio, y aprovechando que iba justa de notas y mis constantes faltas por problemas médicos, les dijo a mis padres que me convenía repetir curso.

Gracias a esto, el próximo curso me tocó un profesor aún peor; llegué a estar tremendamente enfadada con mis padres por llevarme tanto al médico; ahora sé que era por mi bien, pero cuando eres una niña, no entiendes por qué los médicos tienen que hacerte todas esas cosas. Ese profesor decía que mis lágrimas eran de cocodrilo, que no iba a clase porque prefería estar por ahí haciendo peyas, yo no sabía ni lo que era eso… Me sacaba a la pizarra a hacer un ejercicio, y si no lo realizabas correctamente, hacía que los demás niños te tiraran la goma de borrar y él el borrador. A partir de ahí, los niños me metían palizas porque sí, aprendí a regresar a casa por otro sitio para evitarlo. Tras varios episodios, se lo conté a mi madre y ésta se lo dijo a una profesora su remedio fue poner el pupitre junto a los abusadores y decir que hasta que no fuéramos amigos, estaríamos así.

Recuerdo que en una de las palizas, me dieron una patada en el culo que me originó un moretón brutal; cuando mi madre lo vio, llamó al médico para comentárselo; le pidió que salieran de la sala y me preguntó si mis padres me maltrataban. Le conté que había sido fruto de la paliza de un niño, ya que tenían que redactar un informe sobre lo ocurrido. Establecimos una denuncia, y justo esa familia marchaba del pueblo, así que mis padres no quisieron andar metidos en juicios y demás, lo único que querían era que me dejaran en paz; finalmente, decidieron retirarla. Llegamos al punto de que, cuando se incrementaban estos hechos, mis padres me llevaban a mi pueblo materno hasta que se calmaran las cosas, llevándome a otro colegio en la zona. Esto no hizo que dejara de sufrir acoso, ya no había palizas, pero sí a nivel verbal.

A los 14 años, pasé al médico para adultos donde me trataron en endocrinología; le dijeron a mis padres que toda la medicación que estaba tomando (la que referente a los riñones), me la iban a ir quitando poco a poco porque podía generarme muchos efectos mentales adversos. Al quitarle la medicación, empezó a perder hasta una talla por semana y desapareció el problema del riñón. No tenía amigas, eso era muy duro. Pasé de pesar 100 kilos a pesar 56, fue un gran impacto para mí, además de como cambian los ojos de la sociedad hacia a ti; por dentro era la misma, pero me trataban mejor. Empecé a llevar una adolescencia “normal”, y con 18 años, fui a veranear al pueblo de mis abuelos maternos, nadie me reconocía y era como “carne fresca” en el pueblo; el tío que me acosaba, de repente se me acercaba a decirme que vaya chica más guapa, y cuando le decía que era yo, le parecía increíble.

Me he formado en varios campos y tengo varios estudios, pero nada me llenaba; la gente no es consciente del daño que puede hacer con las palabras.

Me gustaría que más niños no tengan que pasar por lo que tuve que pasar yo; no sé si ahora hay más casos de bullying que antes, pero con las tecnologías actuales, un vídeo puede dar la vuelta al mundo, es un arma de doble filo. En el colegio te enseñan, pero no te educan, eso lo hacen en casa, y con padres tan ausentes como los que hay en la actualidad, no parecen estarlo.

Sufrir acoso escolar te cambia la vida y acarreas las consecuencias durante toda tu vida, no podemos cruzar los brazos ante estas situaciones, hay que actuar porque las consecuencias pueden ser irreversibles.

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