Mi nombre es Montserrat Anguiano, soy una artista afrocatalana y comunicadora cultural. Mi obra es de carácter feminista, antirracista y en pro de los derechos de la comunidad LGTBIQ+. Desde mi trabajo busco darles visibilidad a los problemas de la comunidad afrodescendiente en mi país.

Empecé con el arte desde muy joven, pero sin darme cuenta que mis referentes eran personas blancas en su totalidad. En ese tiempo yo no me reconocía como parte de la comunidad negra, hasta que pude acudir a unos encuentros en Barcelona llamados “Black Barcelona”. Eran reuniones de la comunidad afro y de la diáspora africana en la ciudad. Para mí fue un golpe de realidad porque nunca antes me había relacionado de esa forma con gente negra.

Hasta ese momento, yo le decía a la gente que nunca había vivido el racismo. Fue en estos encuentros que empecé a debatir y a hablar con otras personas para darme cuenta que teníamos situaciones comunes, experiencias en las que nos habíamos sentido ofendidos. Esto tuvo un efecto inmediato en mi arte y empecé a incluir a gente negra en mis representaciones.

Empecé a darme cuenta que necesitaba encontrar referentes afrodescendientes. Mi obra se convirtió en algo político y de denuncia social. Al día de hoy, mi arte es antirracista o no es, mi arte es político o no es, mi arte da visibilidad y ayuda o no quiero que sea. Ahora tengo el deber como ciudadana del mundo de combatir el racimo a través mi trabajo; lo que yo hago es ARTIVISMO.

Toda esta experiencia me hizo plantearme varias cuestiones. ¿Había sufrido racismo desde pequeña? ¿Las personas con las que interactuaba eran conscientes que tenían un racismo incrustado involuntariamente? De esa forma entendí que el racismo en mi vida había sido invisibilizado, que había pasado por alto muchas microagresiones de gente blanca porque consideraba que las hacían sin malicia.

Tenemos que educar a la gente, tenemos que educar desde la conciencia. Hay gente que es racista y supremacista, pero hay gente que también lo hace con desconocimiento, porque viven en su burbuja de privilegio y no se dan cuenta. No se paran a ver lo que le está pasando a las personas negras, desde la historia hasta las asignaturas que se imparten en la escuela.

Mi sueño es poder caminar por la calle y no sufrir agresiones por el color de mi piel. Quiero que me reconozcan como española y que la gente se dé cuenta de cómo vivimos las personas negras aquí. Queremos vivir tranquilos y dejar de ser violentados.

La mejor forma de lograr esto es moldear a las infancias bajo una educación intercultural, interracial, que no solo tome en cuenta modelos blancos, sin exposición alguna a la cultura negra. Este es un trabajo que vengo haciendo a través de mi arte, pero es algo que me gustaría que otros profesionales puedan implementar. ¡Eduquemos para construir una sociedad más consciente!

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