No son los más adecuados, pero tampoco me parecen completamente inadecuados. Depende del tono y depende del asunto. En primer lugar tenemos que desembarazarnos de esa cosa de la naricilla levantada y la mirada por encima del hombro a muchas manifestaciones de la cultura popular, como esto del “colorín” que decía Umbral. La gente ve en masas estos programas, de hecho la tele hoy es una sucesión alternada de programas del corazón y partidos de futbol, entre los que se cuela de cuando en cuando un telediario. Es lo que la gente le pide al aparato, a las pruebas me remito. Hoy un programa como La Clave (tú serás muy joven, pero eran cuatro horas de charla seria sobre un tema intelectual) es una cosa de marcianos. Y a los políticos se nos pide que nos acerquemos a la gente, ¿verdad?.  Pues para acercarse hay que ir donde esté la gente, y entre  otros sitios, está en esos programas. No me parece lógico que un club de futbol pueda apoyar una grave cuestión política, que tampoco es su teórica función, y un político, reclamado para ello, no pueda hacerlo en un programa de este tipo. Lo que tampoco hay que hacer es, por estar en ese ambiente, mimetizarse con sus formas alocadas, gritonas, intrascendentes u ofensivas. Por tanto, flexibilidad, no satanizar y ver caso por caso.  Gracias por la confianza y perdona la tardanza, se me había quedado atrás.