Pregunta para Congreso de los diputados

Más de 3.940 personas se suicidaron en España en el año 2020 según las cifras anuales del INE, ¿cuándo va a haber equipos multidisciplinares donde médicos, psicólogos y psiquiatras se unan para abordar e investigar esta problemática que va en aumento?

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Nadia Abselam Pregunta de Nadia Abselam

Hola. Me llamo Nadia, soy formadora, profesora de yoga, coach, estudio psicología, y quiero dar visibilidad a la promoción de la salud mental. 

Pienso que la salud mental debe trabajarse desde el inicio de la propia ‘Educación’ a la ciudadanía, a través de un equipo multidisciplinar que fomente, no solo el trabajo a nivel mental, sino que también potencie la promoción de la salud a través de un trabajo integral que englobe el bienestar físico, mental y emocional. Todo el mundo sabe que mente y cuerpo están interconectados y lo que sucede en la mente afecta al cuerpo y, al contrario. Todo ello atendiendo a las diferencias individuales e intentando erradicar poco a poco el concepto de la prevención del suicidio, por una promoción de la salud real. 

Debido a mi profesión, como técnico de emergencias y otros servicios, desgraciadamente, he visto a muchas personas que se han quitado la vida. Vivimos en una sociedad en la que parece que nos avergüenza manifestar que alguna vez hemos pensado en ‘quitarnos de en medio’. Hay una gran parte de la población que lo habrá pensado alguna vez a lo largo de su vida, e incluso, han sido capaces de autolesionarse de alguna manera para aliviar el dolor del sufrimiento que viven por dentro.

Yo también he necesitado acudir a terapia con un psicólogo debido a las diferentes situaciones traumáticas que me ha tocado vivir a lo largo de mi existencia, no solo mis vivencias personales en la infancia, sino también las que he tenido que presenciar por mi profesión, que, gracias al acompañamiento de un profesional, he podido poner orden y entendimiento en un caos muy doloroso. Además, con la formación de las diferentes técnicas y filosofía del yoga, mindfulness y meditación (que van de la mano) he conseguido realizar un crecimiento personal bastante positivo.

Darnos cuenta de lo que nos pasa y tener un lugar al que acudir y poder hablar sin ser juzgados es necesario cuando aparece el pensamiento suicida, en vez de ir sin rumbo buscando quien puede aliviar el dolor, aunque sea como un ‘efecto placebo’, porque es ahí es cuando empiezan a brotar los diferentes traumas, esos que tapas a lo largo de tu vida para poder sobrevivir, pero llega un punto, en el que, o lo trabajas, o el dolor se convierte en sufrimiento.

A veces no somos conscientes de cómo algunas situaciones traumáticas del pasado pueden estar afectándonos en el presente. Yo tengo muchas vivencias traumáticas debido a mi profesión, he visto el drama de mucha gente y eso, por ejemplo, me afectaba sin ser consciente. Esta misma problemática abarca a todos los profesionales de servicios de urgencias, emergencias y fuerzas y cuerpos de seguridad, que son las personas que acuden a los lugares y presencian situaciones de las que todo el mundo huye.

Conozco a profesionales sanitarios y de las fuerzas y cuerpos de seguridad que han llegado a desbordarse por la situación tan ‘desagradable’ que les tocaba vivir. Ellos no tienen acompañamiento periódico o terapias de salud mental, ni individuales ni grupales de ninguna clase. Tampoco hay un seguimiento ni protocolos de actuación para las personas que han tenido ideas o tentativas de suicidio. 

Por todo lo plasmado, lanzo la siguiente petición al Congreso de los Diputados para que haya más visibilidad para la salud mental y un trabajo de la promoción integral de la salud y bienestar para ciudadanos y profesionales. 

No voy a poner en duda la buena intención que puede haber detrás de ayudar y apoyar con servicios y cursos milagrosos que te prometen cambiar tu vida en dos pasos, aunque creo que la salud mental no es un juego como para que ciertos “negocios” se aprovechen de los dolores psicológicos de las personas y las persuadan para lucrarse. En ese sentido, creo que la cultura de la inmediatez se está desbordando. No hay remedios milagrosos, ni traumas que se sanen de la noche a la mañana y además, hay que tener la responsabilidad que conlleva tratar la salud mental, porque puede ser un detonante para que una persona se quite la vida. 

Hay que educar a la población, hacer visibles las patologías que desembocan de la salud mental, formar y crear equipos multidisciplinares donde médicos, psicólogos, psiquiatras y otros profesionales de la salud se unan para abordar esta problemática que va en aumento. Como podemos observar, más de 3.940 personas se suicidaron en España en el año 2020, según las cifras anuales del Instituto Nacional de Estadística (INE). En la era de la digitalización y el auge del desarrollo personal, no ha hecho disminuir esas cifras, si no que además va en aumento entre jóvenes.

Los ciudadanos y los profesionales que lidian con situaciones traumáticas necesitan encontrar lugares de apoyo individual y colectivo, donde puedan hablar y expresar sentimientos, emociones, pensamientos, incluso de autolesión, sin ser juzgados ni señalados, porque detrás de eso, hay un problema que tratar y se debe normalizar que las personas consigan acudir a un espacio donde puedan expresar su vulnerabilidad sin que esto sea una vergüenza, con grupos de apoyo supervisados por psicólogos, psiquiatras y otros profesionales de la salud, y obtener de esta manera la ayuda que se necesita por parte del sistema sanitario. 

¡Esto es lo que debería ocurrir para que la sociedad tuviera una estabilidad mental!

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