Lo que está claro es que tanto el modelo de estado como el jefe de estado deben ser elegidos por la ciudadanía en las urnas. Además, Podemos defiende un modelo de estado que recoja constitucionalmente al menos dos cambios importantes para nuestra convivencia y para nuestra vida en común: el primero es el reconocimiento de la plurinacionalidad, el segundo es el blindaje constitucional de los derechos sociales. Necesitamos un modelo en el que esté cómoda cuanta más gente mejor y en el que nadie se quede atrás. Esto no es muy difícil desde el punto de vista jurídico y hay ejemplos muy buenos de estado federal como el de Canadá. Solo hacen falta sensibilidad y voluntad política.