Soy Noelia y hace un tiempo le gané la batalla a un cáncer llamado linfoma. 
 

Cuando terminas tu tratamiento, piensas que la lucha ha terminado, pero no sabes que empieza otra lucha que también es muy dura. Después de mis tratamientos, mi cuerpo no es el mismo de antes. Mi situación no es comparable a la cualquier otra persona de mi misma edad.  
 

Estudié para ser educadora infantil. He trabajado de ello, pero ahora mismo me encuentro en paro. No voy a mentir y decirle a las empresas con las que hago entrevistas laborales lo que quieren oír. Soy una persona de riesgo, que necesito hacerme revisiones periódicas y que tengo inmunodeficiencia: es decir, puede que tenga que faltar al trabajo en algunas ocasiones de manera justificada.  
 

Esta circunstancia que otras personas no tienen, hace que me encuentre en una situación de desventaja social. Me he reunido con un trabajadora social que no me ha dado ningún tipo de ayuda para mi búsqueda de trabajo. Actualmente me encuentro en paro como una ciudadana mas, cuando las personas que hemos superado un cáncer deberíamos ser un grupo vulnerable.  
 

Deberíamos poder acceder a algún tipo de ayuda en la que, haber pasado por estos tratamientos agresivos, que nos provocan secuelas físicas y psicológicas, se tengan en cuenta a la hora de volver a integrarnos en el mundo laboral y social.  
 

Las ayudas pueden ser de diverso tipo: desde una trabajadora social que nos ayude en la búsqueda de empleo, que se den ayudas a empresas que contraten a una persona que ha superado un cáncer, realización de cursos gratuitos, preferencia para trabajos desde casa... 
 

No es una cuestión meramente económica. Necesito poder salir de casa, sentirme útil para la sociedad, relacionarme con otras personas de mi comunidad, sentirme realizada, y un largo etcétera.  
 

Por eso, le pido a los políticos de la Asamblea Extremeña que implanten un sistema de ayudas a los ex pacientes de cáncer que permita que podamos volver a la normalidad lo antes posible.