Pregunta para Parlamento de Canarias
Las personas con discapacidad tienen derecho a una buena asistencia odontológica. ¿Por qué no existen protocolos de actuación con formación, para su correcto abordaje?
El problema odontológico es uno de los problemas de salud que más afecta a la población con algún tipo de discapacidad, habiendo por tanto una alta demanda de tratamientos con problemas muy habituales dentro del colectivo:
- Consecuencias derivadas de una mala higiene bucal (caries, sarro…).
- Falta de piezas dentales en edades muy precoces. Ya sea por la propia discapacidad, o por efectos de la medicación que necesitan tomar.
- Bruxismo (rechinar de dientes)
- Hipersensibilidad dentaria.
- Problemas de deglución, estomatológicos y nutricionales.
- Arcos dentales angostos, largos, con paladares profundos en pacientes con parálisis cerebral, sobre todo en los atetósicos (ataxia)
- Maloclusión grave, macroglosia.
Lo que convierte la deficiente condición bucal que presentan los pacientes con discapacidad, en una gran preocupación para las familias, porque existen muy pocos profesionales que conozcan cómo abordar a estos usuarios de forma global, eficaz y cuidadosa.
De hecho, muchos especialistas suelen sentirse incómodos cuando atienden a usuarios con estas características en su consulta. Debido a la dificultad que tienen para comunicarse y relacionarse con ellos, sobre todo por falta de información y formación de cómo realizar el abordaje, y aunque en la mayoría de los casos se acabe haciendo uso de la anestesia general para realizar el tratamiento, establecer una relación cordial odontólogo/paciente que genere confianza, es fundamental.
Es por esta necesidad que existen proyectos de adaptación del ámbito sanitario a usuarios con trastornos socio comunicativos en hospitales de la península, y que pueden adaptarse al ámbito odontólogico. En este, los profesionales reciben formación de centros de educación especial, maestros del lenguaje, psicólogos, y de las propias familias. Un trabajo en red que cuenta:
- Con tiempos de espera reducidos, no más de 10 minutos.
- Profesionales formados para el abordaje
- Sistemas de comunicación aumentativos (fotografías, pictogramas, gestuales)
- Apoyo conductual positivo. (Sin agarrar o abordar bruscamente)
- Apoyo visual de anticipación, para conocer el procedimiento, espacio, profesional, tiempo de duración…
- Uso de elementos distractores. Tablet, móvil, juguete y un premio recompensa para el final.
- Acompañamientos de las familias para aportarles confort, seguridad, que no se sientan desubicados.
- Indicar en una ficha técnica del historial, los gustos y motivaciones del paciente para conocerlo y empatizar con él/ella.
En definitiva, un plan de actuación para que el tratamiento odontológico sea llevadero y agradable.
Se generaliza con que los pacientes con discapacidad pueden entorpecer el diagnóstico y la actuación del médico en la consulta al presentar problemas de comunicación. Pero también es cierto, que con formación, y las pautas de un protocolo específico en atención a personas con discapacidad, se podría evitar el sufrimiento de este colectivo y de los profesionales.
Por ello, es necesaria la existencia de un área de especialización hospitalaria en odontología para pacientes con trastornos sociocomunicativos, con un equipo formado en sus necesidades y un quirófano para la realización de tratamientos con anestesia general.
La Salud Pública Canaria no puede quedarse atrás. El personal sanitario necesita recibir ciclos formativos para conocer que: a través del juego, anticipación, manipulación de objetos, apoyos visuales, espacio y tiempo, es posible conectar con el paciente, conocerlo y generar la confianza necesaria que necesita, para ser atendido como un ciudadano más, que es de nuestra sociedad.