Kaixo Txus eta mila esker zure galderagatik.

A nuestro parecer el tema de las ordenanzas va más allá de que sean flexibles o no, tanto para el comercio como para la hosteleria. Coincidimos en que los negocios y comercios pequeños están pasando por unos años complicados y que la administración pública puede y debe tomar medidas para apoyar su actividad. Pero tampoco puede ser que esas medidas de apoyo dificulten la vida diaria de los vecinos en temas de ocupación de vía pública, contaminación acústica, etc.

Por poner un ejemplo sencillo, claro que está bien que en una calle haya terrazas pero también es necesario tener una ordenanza que las regule, donde se recoja que no es posible ocupar toda la acera y que no hay que obstaculizar el paso de sillas de ruedas, cochecitos de niños/as, etc. Parece un ejemplo tonto, pero son situaciones reales que se dan en la ciudad. Por ejemplo, en el caso de la Parte Vieja, en 2005 ya fue calificada como zona saturada de establecimientos hosteleros y terrazas, y pese a ello hasta el 2014 no se aprobó ninguna ordenanza que regulase la ocupación de suelo de dominio y de uso público para la hosteleria.

Hasta esa fecha, durante muchos años, creemos que los permisos se han concedido de aquella manera y se han hecho favorisitmos entre unos hosteleros frente a otros. A nuestro parecer, esa falta de regulación no tiene nada que ver con la flexibilidad. Siguiendo con más ejemplos, hace una semanas desde nuestro grupo municipal ya denunciamos las irregularidades que se han dado con varios establecimientos de la ciudad: mientras que a algunos se les sanciona por tener más mesas de lo establecido, a otros se les quitan sanciones y se les otorgan permisos-licencias express de un día para otro. ¿Esto es lo que la ciudadanía necesita? ¿Este tipo de favores e irregularidades ayudan al impulso del comercio o consumo? Estamos convecidos/as de que no.

Pero, más allá de los incumplimientos de las ordenanzas, me quiero centrar en tu último comentario. Hablas de las facilidades que tienen algunas marcas y líneas comerciales conocidas frente a las dificultades de los pequeños comerciantes. Varios medios de comunicación publicaron el domingo: el nuevo Garbera llegará en 2019, la superficie se ampliará en 25.000 metros e incorporará 65 nuevos locales comerciales. Desde EHBildu Donostia nos preguntamos de qué manera afectará esta ampliación al pequeño comercio de la ciudad, a las rutinas de consumo de nuestros barrios...y creeemos que las consecuencias serán negativas. Por ello, no creo que el centro del debate esté en la mayor o menor flexibilidad de algunas ordenanzas. Hay decisiones que toma un Gobierno Municipal que tienen mucho más impacto que una ordenanza y que afectan directamente al modelo comercial y de consumo de la ciudad; y decisiones como las de Garbera son un buen ejemplo. Son este tipo de decisiones las que marcan el rumbo del modelo de ciudad que queremos.

Detrás de lo de Garbera, no sólo está la lógica de la compra u otros aspectos, sino que se transforma el modelo de ciudad en sí con unas decisiones como la liberalización de los horarios, las ampliaciones masivas de centros comerciales en el extrarradio, etc, etc... Lo del modelo de ciudad es importante, porque con decisiones así, y juntando otras, como el TAV, el metro, etc... unimos un rompecabezas que dibuja un nuevo modelo socio-económico de ciudad que está al servicio de la inversión extranjera, del consumo masivo, y no de sostenibilidad ni de calidad de vida mirando a los y las donostiarras.